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ATENTADO DE ETA EN MADRID

ETA coloca un coche bomba en el centro de Madrid

La banda atenta por segunda vez en la capital desde el fin de la tregua y en el mismo lugar que hace cinco años

15 o 20 kilos

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La banda despliega una de sus ofensivas más duras y planificadas de la década

"Un mensaje de ETA", según el delegado del Gobierno en Madrid, Francisco Javier Ansuátegui. Una trampa cuyo objetivo era "matar a los policías" que llegaran primero, según el director general de la Policía, Juan Cotino. "Eso sólo lo sabe el que puso el coche bomba", replica un mando de la lucha antiterrorista. Fuese cual fuese el objetivo del comando, el hecho es que ETA volvió a atentar ayer por segunda vez desde que rompió la tregua indefinida y en el tercer aniversario del asesinato del concejal del PP Miguel Ángel Blanco. Sin embargo, en esta ocasión no se registraron víctimas mortales, sino una decena de heridos. Los más graves, un vagabundo israelí y otro natural de Valencia, que dormitaban en los bajos de unos grandes almacenes de la calle del Carmen. El atentado se produjo sobre las 6.29 de la madrugada.ETA pudo causar una carnicería, pero diversos indicios apuntan que no lo pretendía. Minutos después de las 6 de la madrugada, un individuo, con voz " muy nerviosa", telefoneó a la centralita de la Delegación del Gobierno y, tras asegurar que hablaba en nombre de ETA, exigió a la operadora que le atendiera con mucha atención. En menos de media hora -informó el anónimo comunicante- haría explosión un coche bomba abandonado en la calle de Preciados, entre el edificio de El Corte Inglés y el del hipermercado cultural FNAC. Segundos después, el mismo individuo telefoneó al 091 (emisora central del Cuerpo Nacional de Policía). Sobre las 6.07 avisó al 080 (los bomberos del Ayuntamiento).

"Asustar a la sociedad"

En todas las ocasiones, el comunicante fue un hombre "apreciablemente nervioso", con un timbre de voz que aparentaba unos 30 años de edad, que conminaba a no mover el vehículo, "bajo amenaza de hacerlo estallar" y solicitaba que se avisara a la policía. El comunicante utilizó en las tres ocasiones un teléfono móvil, posiblemente mientras corría para alejarse de la calle del Carmen, ya que su voz "parece muy agitada".

La policía montó inmediatamente una operación para comprobar la veracidad de la llamada y cercó la zona. Un inspector jefe -que ya hace cinco años había participado en la operación policíal para desactivcar otro coche bomba colocado exactamente en el mismo lugar- descubrió un Renault 21 sospechoso, estacionado en el punto indicado por el anónimo etarra. El veterano policía ordenó a los dos agentes en prácticas que le acompañaban que no se aproximaran, ante la creencia de que el artefacto pudiera estallar antes de lo anunciado por el comunicante. Y así fue. Segundos antes de las 6.30 de la madrugada se produjo una potentísima explosión, tanto que se pudo escuchar a varios kilómetros de distancia.

El artefacto hirió a 9 personas, entre ellas el inspector jefe que revisaba el vehículo etarra y dos vagabundos que pasaban la noche al abrigo de los bajos de la FNAC y de El Corte Inglés. Uno de estos dos últimos, el israelí Saúl Goldblat, de 52 años, es el herido más grave, aunque los médicos no temen por su vida.

La policía calcula que el artefacto estaba compuesto por entre 15 y 20 kilos de un explosivo que aún no ha sido precisado por los tedax (técnicos en desactivación de explosivos), que analizan si puede ser dinamita de la robada el año pasado en Bretaña (Francia). El Renault 21 utilizado para el atentado había sido sustraído en febrero en el barrio de Carabachel y, tras mantenerlo oculto durante estos meses, ETA le adosó la matrícula falsa M-7506-KX, correspondiente en realidad a otro vehículo de la misma marca y modelo, aunque de color diferente, según fuentes policiales.La explosión, además de herir a los dos vagabundos, a los policías, a un repartidor y a una empleada del servicio de limpieza de El Corte Inglés, causó importantes daños en la fachada de la FNAC -el hipermercado cultura de capital francés- y la rotura de los cristales de numerosos establecimientos, cafeterías y locales del corazón de ciudad.

"Fue como un terremoto. Todo tembló y nos echamos a la calle. Fue espantoso porque no sabíamos lo que pasaba", recordaba la dueña de una pensión de la calle del Carmen, conmocionada aún por lo ocurrido.

El coche bomba fue abandonado por dos terroristas en la calle del Carmen a las 5.56 de la madrugada, como pudo comprobar posteriormente la policía a través de las grabaciones de las cámaras de seguridad de uno de los grandes centros comerciales. "Se ve cómo entra el coche en la calle y cómo después bajan de él dos personas. Pero la grabación es de escasa calidad, hasta el punto de que únicamente se puede apreciar que los terroristas son aparentemente dos hombres... pero nada más", aseguró un mando de los servicios antiterroristas. Otras fuentes policiales agregan que, según las grabaciones, uno de los etarras vestía una sudadera de manga larga y el otro un jersey de tipo polo, de color claro. Las cámaras captan cómo ambos se dirigen hacia la plaza del Callao, donde probablemente les esperaba otro etarra en un coche.

El ministro portavoz del Gobierno, Pío Cabanillas, calificó de "auténtica salvajada" el atentado perpetrado por ETA en Madrid seis meses después de asesinar con otro coche bomba al teniente coronel del Ejército Pedro Antonio Blanco el pasado 21 de enero, junto a su domicilio de la calle de Pizarra, cerca de la avenida del Manzanares, en Madrid.

Según el ministro del Interior, Jaime Mayor, este atentado prueba que la banda terrorista "tiene algún tipo de infraestructura" en Madrid. Sin embargo, los expertos policiales aseguraban, al menos hasta hace una semana, que ETA no contaba con ningún comando de liberados [a sueldo] en la capital, aunque sí dispone de un grupo de legales [no fichados por la policía] que se dedican a recopilar información sobre potenciales objetivos criminales.

Es el quinto atentado con coche bomba de este tipo que comete ETA desde que reanudó su actividad terrorista a finales del año pasado, tras poner término a una tregua indefinida que duró 14 meses. Además, la Guardia Civil interceptó el 20 de diciembre pasado dos furgonetas que eran trasladadas a Madrid cargadas con explosivos, y el 3 de enero fue desactivado otro coche bomba que los terroristas tenían planeado activar contra una patrulla policial en Bilbao.

La explosión de ayer se produjo coincidiendo con el tercer aniversario del asesinato de Miguel Ángel Blanco, concejal del PP en Ermua (Vizcaya). Blanco fue secuestrado por ETA el 10 de julio de 1997 cuando se dirigía a su trabajo y recibió dos tiros en la cabeza al finalizar el plazo de 48 horas que la banda terrorista estableció para conseguir el acercamiento de los presos a Euskadi.

Según Mayor, ETA pretendía ayer "volver a demostrar que está presente, volver a amenazar y asustar a una sociedad, como lo hizo con el atentado de Getxo (Vizcaya) [también con coche bomba], hace pocas semanas". En su opinión, "probablemente ETA hubiese deseado que en estos momentos estuviésemos llorando la muerte de algún policía cuando se aproximaba al vehículo", teniendo en cuenta que no se cumplió el plazo de tiempo -media hora- dado por los terroristas cuando anunciaron telefónicamente la colocación del coche bomba en la calle del Carmen.Tras advertir de que nadie es capaz de adivinar los objetivos de los terroristas, el ministro se refirió a las dos empresas a las que afectó la explosión -una de ellas de capital francés- y dijo que ETA "tiene necesidad de hacerse presente con estos golpes de efecto".

El director general de la Policía, Juan Cotino, apuntó la hipótesis de que el coche bomba fuera en realidad una trampa para matar a los primeros policías que acudieran al lugar, tras recordar que el potente artefacto se activó antes de lo anunciado por ETA. Sin descartar esta teoría, otras fuentes policiales consideran que lo que pretendía la organización terrorista era "hacer una demostración de fuerza", algo así como una advertencia al Gobierno de José María Aznar de que tiene capacidad para perpetrar una matanza en pleno centro de la capital de España.

Según los técnicos del Ayuntamiento, la onda expansiva alcanzó a 27 edificios con más de cien viviendas y entre 45 y 50 localescomerciales, aunque los más dañados fueron los de El Corte Inglés y la FNAC. El atentado colapsó el tráfico en la zona centro.

El ministro de Exteriores, Josep Piqué, que acompaña a los Reyes en su viaje oficial a Brasil, transmitió ayer la solidaridad y el cariño de don Juan Carlos y doña Sofía con todos los heridos.

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