COMIENZO OFICIAL DEL CENTENARIO FELIZ

Comienzan las celebraciones oficiales del centenario. Vestida de rosa y sin ayuda de nadie, la reina madre Elizabeth de Inglaterra subió ayer las escaleras de la catedral de San Pablo de Londres para recibir el homenaje de su familia, amigos y otros miembros de la realeza europea. A punto de coronar el siglo -su cumpleaños es el 4 de agosto-, la matriarca de la casa de Windsor se emocionó cuando el arzobispo de Canterbury, George Carey, recordó ante las 2.500 personas que llenaban el templo una de sus frases más celebradas. "En cierto modo me alegro de que hayan bombardeado el palacio de Buckingham. Ahora podré mirar de frente al East End", dijo durante la II Guerra Mundial refiriéndose a uno de los barrios más deprimidos de la capital, acosada por la aviación nazi. Su fortaleza de entonces y el hecho de haber permanecido en la ciudad le valió el respeto de sus contemporáneos. Para las generaciones posteriores es una figura lejana y algo peculiar, que, según las crónicas, no concede entrevistas desde hace siete décadas. Nada de todo ello importó ayer. Arropada por los parientes que tanto le ha costado mantener unidos y fotografiada por los mejores profesionales del país, la dama que ha convertido su retiro en un título en sí mismo lucía mucho más lozana que el grupo de invitados que celebrará un siglo con ella y que entonaron himnos en su honor.-