La familia de Egiluz y su ONG critican que haya un solo procesado
Premiado por la UE
La fiscalía de Colombia ha procesado por homicidido a un paramilitar, Yimy Matute Palma, detenido a raíz de la muerte del cooperante bilbaíno Iñigo Egiluz, de 24 años, y del sacerdote colombiano Jorge Luis Mazo, de 37 años. Ambos murieron en noviembre pasado cuando la barca en la que navegaban por río en la selvática región del Chocó (Colombia) fue embestida por una lancha paramilitar. La familia de Egiluz y la ONG para la que estaba trabajando en Colombia, Hirugarren Mundua ta Bakea-Paz y Tercer Mundo, criticaron ayer que haya un único procesado por el ataque. La fiscalía colombiana ha hecho caso omiso a su petición de procesar también a dos jefes policiales. La familia y la ONG consideran que "está demostrada su participación necesaria en los hechos" y piden que se amplíe la investigación. Paz y Tercer Mundo y la Diócesis de Quibdó, a la que pertenecía Mazo, trabajaban conjuntamente en ayudar a las poblaciones expulsadas de sus tierras por los paramilitares.
El único procesado por las muertes ocurridas hace ocho meses está encarcelado por el doble crimen desde hace seis meses. La familia Egiluz, la ONG a la que representaba y la Diócesis de Quibdó consideran que si la investigación no se amplía a las autoridades policiales y militares que hicieron posible el atentado", según las pruebas que presentaron en la instrucción del sumario, el juicio quedará "muy limitado". Consideran que con este único procesado "quedarán impunes quienes, por acción u omisión, lo hicieron posible", en referencia a las muertes del cooperante y el sacerdote.
El abogado que les representa en el país suramericano ya reclamó el pasado junio que también se imputara el doble homicidio a ambos jefes policiales. La familia y la ONG aseguraran, en la nota difundida ayer, que harán urgentemente "todas las gestiones judiciales y diplomáticas que estén a su alcance para que esos dos responsables policiales sean llamados a juicio".
El Gobierno vasco y el Ayuntamiento de Bilbao, donde Egiluz nació, se personaron el proceso civil popular seguido en Colombia por la muerte del cooperante. El proyecto de cooperación en el que el joven trabajaba estaba financiado por la Unión Europea, que incluso lo había premiado.Egiluz y Mazo regresaban por el río Atrato de una misión en una embarcación identificada con las siglas de la ONG. Una lancha rápida habitualmente utilizados por paramilitares de las denominadas Autodefensas Unidas de Colombia les arrolló. Les golpeó justo en el lado donde viajaban el cooperante y el sacerdote. Ambos desaparecieron en las aguas del caudaloso río Atrato. Los otros ocho viajeros del bote pudieron salvar la vida gracias a la ayuda de los vecinos de la zona. Los cadáveres de los fallecidos fueron encontrados tras varios días de búsqueda.
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