_
_
_
_
Tribuna:GENERACIÓN SIN NOMBRE
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Datos para la historia

"Mientras la gente se achicharra en las playas y los políticos siguen peleándose por no se sabe qué, llegan los inmigrantes exhaustos y las macroempresas continúan macrofusionándose. Recuérdame que te hable de la religión del dinero. Me voy a Bangladesh, lo acabo de decidir. Así ya no existe el problema de pensar qué haré en vacaciones. Antes, tengo que acabar mis últimos encargos: un proyecto de eslóganes para profesiones con futuro, una marca para un mapa sin fronteras, una campaña para devolver credibilidad a los historiadores españoles, un diseño para humanizar la terminal de correos en que se están convirtiendo las personas... ¿Sabes que yo misma he alcanzado el nivel de la media norteamericana con 204 mails al día? Sé bien de lo que hablo: si contestara todos los mails no haría otra cosa... Para que veas la enorme deferencia que tengo contigo, con los lectores de EL PAÍS y lo seria que soy con los compromisos asumidos. Los treintañeros no somos tan frívolos como estos tontos del Gran Hermano. Estoy hasta el gorro de tonterías, por eso me voy en la búsqueda de los microcréditos..., de la nueva economía multicultural..., de las soluciones no cínicas a los dramas reales. Esto es todo por hoy. Voy agobiada de trabajo: mis patrocinadores japoneses no me dejan vivir". Hasta aquí el mensaje que Conxa me envió el lunes. Luego se hizo el silencio toda la semana. No conseguí localizarla hasta ayer mismo, quería preguntarle muchas cosas. "Hazte a la idea de que me largo, desaparezco una temporada. Lo saben mis jefes y también mi patrocinador, que quiere seguirme en mi aventura... Bueno. ¿El amor?, sí, claro. Pero también el socialismo de mercado, el microcapital: un nuevo mundo está ahí y quiero verlo. Amo la publicidad, pero tengo que hacer un alto para fabricarme mi propia vida... He hecho eslóganes para todos y ahora quiero el mío propio. ¡Me he hartado de ser una terminal de correos, una fábrica de ideas luminosas, una chica para todo en la galaxia virtual! ¡Se acabó ser patriota de mi empresa: quiero ser patriota de mí misma, del mundo entero y enfocar mi productividad en otra dirección!". Así se expresó al contestar al teléfono. Su tono era tranquilo, sereno y contundente. "¡Claro que hablo en serio! Que me haya enamorado de Fox tiene mucho que ver: nos vamos juntos. Él trabaja en el aula virtual de la nueva alternativa microglobal y mestiza a la globalización unidireccional, homogénea y totalitaria. Ha estado aquí de paso, y me lleva con él... Te lo presentaré". ¿Es un rasta auténtico o falso?, le pregunté. "¡No tiene nada falso! Hasta en la pluralidad de sus nombres, Fox Zeltia Oracle Meta4 es real. Es un atleta del espíritu y de la inteligencia. ¿El hombre ideal? Pues sí. Esta vez sí. Estoy segura. Él es quien me ha hecho ver que la única religión de Occidente es el dinero: el dinero es la verdad, Dios, el bien. A su imagen y semejanza el ideal de perfección: ser rico; ser pobre es la exclusión, el infierno. ¿La doctrina? ¡El capitalismo, cuanto más salvaje mejor! ¿El rito? Comprar y vender, objetos y vidas, todo es un producto comercial. El catecismo: el beneficio propio. La moral: la competencia y la ley del más fuerte. Es una religión con sacerdotes, los banqueros; con teólogos, los economistas y burócratas; con estrategas, los comunicadores; con templos: las bolsas de valores y hasta con su Vaticano: el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. Su ascesis son los impuestos..., y así puedo seguir... Son datos para la historia, no para la falsa, sino para la auténtica historia". La interrumpí, abrumada por su discurso. "¡No deliro! Nunca he estado más cuerda que ahora". No quería ofenderla, y decidí invitarla a comer la próxima semana para vernos con calma. "Tendrá que ser en un vegetariano", respondió. Claro, pensé, pero le dije: eso está hecho. (Continuará)

Resumen de lo publicado: Conxa P. Puig, barcelonesa de identidad fluida, licenciada en Bellas Artes que es creativa / ejecutiva en una compañía de publicidad, participa con su experiencia y sus aventuras personales y profesionales de treintañera militante en una difícil investigación sobre la realidad de su generación en la España actual.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_