Un millón de coches colapsan cada día las calles de Barcelona
La ciudad es un millón de coches. O casi. El parque móvil de Barcelona es de 600.000 vehículos, a los que hay que añadir 350.000 de residentes en la periferia que cada día entran y salen de la ciudad. Una parte importante de estos movimientos se hacen a través de los accesos de la ciudad. Esos mismos accesos que, según los boletines de tráfico, casi todas las mañanas tienen circulación densa o están colapsados. Diariamente los accesos a Barcelona soportan 1.781.365 viajes. De ellos, 1.235.222 se hacen en vehículos privados.
Movimientos interiores
Es una ley conocida: el uso del transporte privado aumenta en relación directa a la distancia de la plaza de Catalunya. Quienes tienen que moverse por el interior de la ciudad optan por un transporte público si no abundante, al menos suficiente. Pero a medida que el usuario se aleja del centro, las dificultades para el uso del transporte público aumentan. Dificultades que terminan por traducirse en costes de tiempo. Esto hace que los que viven o trabajan fuera de la ciudad acaben optando por el coche para sus desplazamientos. Las cifras son diáfanas: en el interior de la ciudad, el 59% de los movimientos se realizan en transporte público. En los movimientos de entrada y salida de Barcelona, el porcentaje cae al 32%.Barcelona se halla conectada con el resto de su región por varios corredores impuestos por la naturaleza, apenas violentada por unos pocos túneles y puentes. Estos puntos concentran casi todas las entradas y salidas de la ciudad, tanto con medios privados como públicos. Pero la distribución de movimientos varía de un corredor a otro en función de las densidades demográficas e industriales del entorno barcelonés.
El corredor que registra más movimientos es el del Maresme, comarca convertida en zona residencial, con tales densidades que su producto interior bruto es uno de los más bajos de Cataluña, pese a que es un área elegida por familias con ingresos superiores a la media. Esto se debe a que los puestos de trabajo de muchas de estas personas están fuera de la comarca, tanto en Barcelona como en el Vallès. No obstante, los movimientos entre Mataró y Granollers son irrelevantes, en comparación con los de entrada y salida de estas comarcas en Barcelona.
La B-40 es utilizada diariamente por 44.588 personas, que en un 99% lo hacen con transporte privado, y es una de las vías perimetrales con mayor número de usuarios. En cambio, el corredor del Maresme registra cada día 594.930 movimientos, de los que 418.235 se hacen en transporte privado. Estos vehículos utilizan primordialmente la A-19 y la N-II, y son en parte los causantes (y las víctimas) de los atascos que diariamente registra la Ronda Litoral.
299.586 personas entran o salen cada día de Barcelona por la Diagonal
Un reciente estudio sobre el tráfico hecho por encargo de la Autoridad del Transporte Metropolitano (ATM) evidencia que los movimientos paralelos al mar (se incluyen los de la Ronda del Mig) son más rápidos que los que se realizan en sentido de mar a montaña o a la inversa. Es decir, el verdadero problema de Barcelona, desde la zona alta, es la penetración en la trama del Eixample (o la salida).El sur tiene una segunda entrada a la ciudad por la Gran Via que recoge una parte del tráfico del Baix Llobregat y el procedente de un cada vez más poblado Garraf. Un total de 165.967 viajes privados se hacen diariamente por esta entrada. Una parte se distribuye por las rondas y otra se dirige hacia la ciudad por la plaza de Cerdà, que se ha mostrado más capaz de lo que al principio se suponía.
Un último factor que potencia la impresión de caos es la expansión horaria del tráfico. Hoy la densidad no es sólo cosa de horas punta. O si se prefiere, las horas punta son muchas más que hace años: empiezan a las ocho de la mañana y se prolongan hasta la noche. El resultado es la intimidad del conductor con su radio. Porque hablar por teléfono en el coche está prohibido y casi nadie lo hace, como puede comprobar cualquiera que circule por las calles.
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