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500 niños bielorrusos esperan un visado para pasar el verano en Murcia El cónsul duda de la pobreza de las familias

Caso por caso

Gran parte de los 500 niños de la ciudad de Moguilev (Biolorrusia) que tenían previsto pasar unas vacaciones en España alejados de la contaminación radiactiva que padece esta zona desde el desastre de Chernóbil (Ucrania) podrían quedarse con las maletas hechas si el consulado español en Moscú no reconsidera su negativa para conceder los visados. El consulado les ha negado el visado de entrada a España por estimar que no están suficientemente justificados "los fines humanitarios y altruistas" de los promotores y participantes en este proyecto que, desde hace cinco años, organizan tres asociaciones murcianas.El presidente de una de estas asociaciones, José Antonio Valverde, recuerda su última visita a Moguilev en abril para ultimar los detalles. El viaje, que otras veces ha sido costeado en su totalidad por familias murcianas, se sufragaría al 50% entre éstas y los padres de los niños acogidos.

El cónsul general de España en Moscú, Melitón Cardona, cuyas competencias se extienden también a Bielorrusia, hizo notar ayer que su departamento concede la mayoría de los visados solicitados para programas de acogida de niños. Más de 3.000, señaló, fueron tramitados en junio. "Sólo se deniegan", aclaró, "en torno al 15%, y por motivos tan sólidos como indicios de corruptela económica, pruebas de que los niños proceden de familias acomodadas, fraude en la documentación o falta de garantías de que se van a cumplir los objetivos declarados".

En el caso de los programas de la comunidad de Murcia, añade Cardona, los correspondientes a las localidades de Águilas y Mula fueron denegados inicialmente porque "se encontró sospechoso que familias humildes de Bielorrusia, donde el sueldo medio mensual apenas alcanza las 5.000 pesetas, pudiesen pagar más de 25.000 en concepto de gastos de viajes".

Posteriormente, sin embargo, las asociaciones organizadoras presentaron un recurso en el que hacían constar que esas cantidades se abonaban desde España. "En base a estos nuevos datos, he autorizado hoy mismo [por ayer] la concesión del visado a parte de los niños, concretamente a los que estaban integrados en agrupaciones urbanas, con monitor propio y capacidad de control. En otros casos los he denegado a causa de la dispersión geográfica, que se extendía hasta Andalucía, sin que ni siquiera la Junta tuviese conocimiento de los mismos".Donde han surgido mayores problemas ha sido en el programa de Lorca-Huércal Overa, que, según el cónsul, "no se tiene en pie". Primero, por una tremenda dispersión, que va más allá de Murcia y llega a Almería, Granada o Córdoba sin autorización de la comunidad andaluza. Segundo, "porque la lista de niños facilitada por la asociación española no coincide por completo con la bielorrusa". Tercero, "porque de 44 padres sólo encontré dos obreros y dos parados. El resto eran médicos, empresarios o directores de empresas". Cardona quedó sorprendido al ver cómo "un humilde agricultor español iba a pagar las vacaciones de un niño hijo de un empresario y una farmacéutica".

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