Pobre santa
Su nombre fue aderezado y su biografía maquillada para calzarle mejor la pureza. Marietta la llamaban sus familiares, María Teresa Goretti constaba en el registro civil, María a secas, en el canon, para acercarla a la Virgen. Su familia emigró del miserable Corinaldo al inhóspito pueblucho Agro Pontino, cerca de Roma. La miseria se llevó pronto al padre; mamá Assunta, con cinco hijos, le sustituyó en el tajo de sol a sol y Marietta, con diez abriles, la reemplazó en el cuidado de hogar y hermanos. Alessandro Serenelli, un mocetón más bien bobo, que se alojaba en la misma vieja y ruinosa casa, de unos diecisiete años quería jugar a padres. Lo intentó, días después de tomar la niña la primera comunión a los doce y, ante el rechazo, el pobre le pegó 14 puñaladas. Sobrevivió lo suficiente para perdonar al atacante y recibir el viático.No es la única niña asaltada que prefiere la muerte a las insidias de un perverso. Intervinieron los papas más ultramontanos, como el caritativo Pío X que deseaba "golpear con el puño" a los modernistas, y el papa de Hitler (los fascistas ayudaron al montaje), tan indulgente con los asesinos en masa de judíos, forzó su beatificación en 1947 para contrarrestar la libertad sexual que llevaron los norteamericanos, protestantes, libertadores de Italia en 1944. Y, con un proceso canónico de aquella manera, la proclamó "mártir de la castidad", a fin de santificarla como acto central del Jubileo de 1950. Al despejar, se comprobó que el agresor ni físicamente podía violar a nadie, era retrasado mental y las pruebas no demostraban su culpabilidad. La causa no pudo reabrirse, las canonizaciones son infalibles. Y hoy es su fiesta con san Isaías, profeta judío, y santa Dominga; tot aquell que en vós confia vos troba sempre amorosa, Dominga, verge gloriosa.
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