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Tribuna
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Fardando en cabeza

Bueno, fardando o lo que sea. Yendo donde se puede y donde se debe. Cumpliendo con nuestro trabajo. Y con Alex delante, que es de lo que se trata. Y eso, toda la etapa viajando en cabeza. Pero bien. Ha sido un día tranquilo. Bueno, tranquilo dentro de lo que puede ser un día tranquilo en el Tour.Este año estamos organizados en el equipo de tal forma que siempre debemos estar cuatro (Orlando, Txente, Odriozola y yo) con Zülle en la parte delantera del pelotón. Así Alex está más tranquilo y nosotros vamos más a gusto. Baranowski y Mancebo también están preparados para echarnos una mano. Y ese dispositivo lo hemos montado.

La jornada ha marchado bien porque el Cofidis, el equipo del líder, ha hecho bien su trabajo. Cuando se ha hecho la fuga, les ha dejado coger tiempo, aunque no excesivo para que no se les fuera de las manos. Y cuando ha empezado a soplar el aire de cara a los dos escapados les han caído los minutos rápido. Nosotros temíamos que soplara el viento de lado, pero ha habido suerte y sólo ha soplado de cara.

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Estábamos muy atentos en los tramos finales, de carreteras muy estrechas porque otros años eran normales las caídas por esta zona, pero éste año no ha habido problemas. Otras veces, al final, todos estábamos nerviosísimos cuando los equipos de sprinters se ponían a tirar rápido. Se nota que no está Cipollini, que ponía a tirar al Saeco y nos llevaban a todos muy rápidos y enfilados. Pero ahora, nada. Mucho más cómodos con el ritmo del Cofidis. A falta de cinco kilómetros, que normalmente vamos enfilados y sin tiempo para respirar, latigazos todo el rato, íbamos mucho mejor, agrupados y agolpados. Claro que esto no quiere decir que mañana o pasado no nos toque ir a todos todo el rato por la cuneta.

Claro que puede que yo lo vea así de cómodo porque también yo me noto más tranquilo que otros años. Quizás sea por la experiencia. O quizás porque como vamos más delante nos hace hueco con más facilidad y no tenemos que pelearnos con los codos. Si hasta nos hemos puesto un rato de primer equipo un momento que pasamos por una esquina. Luego, al final, en los últimos kilómetros, nos dejamos caer hacia atrás. Y como el final ha sido muy recto, con sólo una curva cerrada a 800 metros, pues más tranquilos aún.

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