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EUROCOPA 2000

La Eurocopa de los penaltis con veneno

Las máximas penas han protagonizado un campeonato con sólo una tanda de desempate

El torneo, amén de unos cuantos gestos épicos -el agónico gol de Alfonso ante Yugoslavia o el 0-2 remontado de manera maravillosa por Portugal frente a Inglaterra- ha dejado momentos dramáticos, la mayoría de ellos escenificados allá en el punto de penalti. Raúl fue el primero en derrumbar las ilusiones de su equipo desde los 11 metros. Pero nada comparado con lo que hizo Holanda, una selección capaz, o será mejor decir incapaz, de marcar más que un gol de seis lanzamientos de penalti en su partido ante Italia, dos durante el partido y cuatro en la tanda posterior, que le dejó fuera de la final y convirtió a Toldo en héroe nacional en el país transalpino. Y merced a otro penalti, conseguido por Zidane en la prórroga, se deshizo Francia de Portugal en semifinales. Eso sí, pese a Raúl, dos españoles dominan la estadística de los penaltis, pues nadie ha transformado tantos como Mendieta (dos) y a ninguno le han hecho más que a Abelardo (también dos). - España, en tierra de nadie. A la postre, España acabó clasificada en quinto lugar, una posición que no parece desastrosa, pero que no deja de ser simbólica, adquirida al haber sido el mejor entre los cuartofinalistas perdedores, por delante de Turquía, Rumania y Yugoslavia. España cerró el torneo con siete goles a favor, sexta en el ránking general, y el mismo número en contra, sólo superado por Yugoslavia y Dinamarca. A los nórdicos, por cierto, les corresponde el dudoso honor de ser la única selección incapaz de conseguir un solo gol.

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- La pegada de Holanda. Será, quizá, porque jugaban en casa, pero el caso es que en cuanto a remates se refiere nadie se ha prodigado más que Holanda y Bélgica. El equipo de Rijkaard se ha convertido en el máximo goleador del torneo junto a Francia (13 goles), lo que no resulta precisamente extraño si se tiene en cuenta que ha rematado en 100 ocasiones, a una media de 20 disparos por partido, y que de esos lanzamientos hasta 44 fueron entre los tres palos. Sólo una selección, la belga, promedia más remates que la holandesa (24,3), pero en este caso la puntería ha sido descaradamente menor. De sus 73 disparos, sólo 22 fueron a portería (el 30%) y de ellos sólo sacó dos goles. Curioso el caso belga, un conjunto que remata mucho, al que rematan menos que a nadie (9,3 veces por partido) y que a las primeras de cambio se ha ido a su cercana casa. Pero para cifras llamativas, las de Noruega, que remató en 20 ocasiones, siete a portería, no marcó más que un gol y se hubiera ido a cero del torneo de no ser por el fallo de Molina.

- Kluivert, Bergkamp y Raúl. Siendo Holanda la selección con más pegada resulta lógico que sus dos delanteros, Kluivert y Bergkamp hayan probado fortuna en más ocasiones que nadie. El jugador del Barça remató 20 veces (11 a puerta para cinco goles), y el del Arsenal 18 (nueve para ningún gol). Con los mismos disparos, Henry hizo tres tantos. La falta de acierto de Bergkamp supera incluso a la de Raúl, que remató en 17 ocasiones (cinco a puerta) y logró un tanto.

- España y las faltas. Pese a no ser un conjunto que se haya caracterizado por la dureza, España está en la parte alta de la clasificación en cuanto a faltas cometidas y recibidas. El de Camacho ha sido el tercer equipo que más ha hecho (22 por partido, por detrás de Holanda e Italia) y el segundo al que más han hecho (24, tras Eslovenia). A nivel individual, Totti encabeza la estadística de duros. Pero en ese sentido, nadie como Flo, que ha hecho un torneo patético y al que bastaron tres partidos para cometer 15 infracciones. Y qué decir de Hagi, que en su adiós a la selección vio cuatro tarjetas amarillas.

- La seguridad de Nesta. En el juego de Italia, amén de Toldo, se ha elevado por encima de todos Nesta, el jugador que más balones ha recuperado o despejado en el torneo. En ese apartado manda Italia y sorprende que cierre la clasificación Inglaterra, en cuyo centro del campo no han faltado jugadores de contención. Claro que también ha sido el de Keegan el equipo que menos balones ha perdido (51 por partido), con lo que cabe deducir que si ni lo recupera ni lo pierde será porque no lo tiene.

- Italia, Holanda y la madera. Ningún equipo ha dependido tanto de los postes como Holanda, que ha estrellado cinco de sus remates en los palos y se ha salvado, también por la madera, en cuatro ocasiones -igual que Italia-. El campeonato, en ese sentido, ha sido doloroso para Cocu y Bergkamp, que chocaron dos veces cada uno con los postes, igual que el checo Koller. En el caso de España, recibió un disparo al larguero, cabezazo del noruego Solskjaer, y estrelló uno en el travesaño, de Etxeberria.

- Figo, el mejor pasador. Catorce de sus pases acabaron en remate, sólo igualado por el holandés Bergkamp y Zidane, pero con la diferencia de que en el caso de Figo tres fueron gol, dos en el del holandés y ninguno en el del francés. Figo se ha convertido, así, en el mejor pasador del torneo. Respecto a asistencias de gol, sólo le supera Drulovic, que consiguió cuatro. Siendo como es un jugador de riesgo, no resulta extraño que Figo encabece, además, la lista de los jugadores que más balones han perdido por partido (16). Ocurre, además, que el futbolista del Barça ha participado en la inmensa mayoría de los ataques de su equipo. En 44 ocasiones centró al área, asunto en el que sólo le supera Bergkamp (45). Portugal ha sido, por cierto, la única selección que ha utilizado a los 22 jugadores convocados. España necesitó 20 -todos menos Casillas y Velasco-, para cerrar en los habituales cuartos de final su participación en un torneo pródigo en goles, en fallos de los porteros y en penaltis malditos.

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