Con esas listas, no se juega

Medalla de bronce en accidentes laborales Pero ha habido otras unanimidades, como la de la Diputación de Valencia, que ha colocado al periodista y escritor Ricardo Bellveser al frente de la Institució Alfons el Magnànim. ¿Y qué les parece esa humilde y respetuosa petición del president?. "No quiero animar el debate, pero sí tengo derecho a expresar mi opinión", manifestó Eduardo Zaplana. Y la soberanía popular amparó su demanda y le garantizó ése y el resto de sus derechos, incluso el de equivocarse. Y Eduardo Zaplana, como era presumible, animó el debate y se equivocó, cuando insistió en sus cuentas de la vieja y de la conveniencia sobre las listas de espera. La soberanía popular es generosa y paciente, pero está sobrecogida por el elevado incremento de la siniestralidad laboral, que sitúa a la Comunidad Valenciana, entre las primeras en número de accidentes de trabajo, con 36 mortales, en tan solo cuatro meses. Situación grave, escamoteada por la incompetente Administración competente. Según la UGT, las causas se encuentran en "la elevadísima temporalidad de los contratos, en la precariedad laboral resultante y en el descenso de la actividad inspectora, en todos los sectores". Cuando el Consell, o sea, Zaplana, tenga un respiro, entre charanga y charanga triunfalistas, a ver si se ocupa de ese indecente lamparón en su medallero, que no se enjuaga, a estas alturas, con la levedad porcentual de Vicente Rambla.

Consejería de Sanidad: cuidado con el gafe

Y, mientras, los socialistas se han dejado los riñones, en las pruebas congresuales de las comarcas. Aún con el caos en vilo, el próximo 21 acudirán a Madrid, los delegados del País Valenciano. Casi un 70% se alista en ese difuso y, a veces, mercenario. sector crítico, que se ha pasado por la piedra a un ciscarismo evanescente, pero nada resignado. Veremos cómo se las ventilan a la hora de elegir secretario general del PSOE, en el congreso federal. A todo esto, ya se ha comprobado que el cargo público de más alto riesgo es el de consejero de Sanidad. La doblaron, política y clamorosamente, Joaquín Farnós, José Emilio Cervera y ahora la oposición, CC OO y UGT, piden la cabeza de Serafín Castellano, por sus mentiras. Y es que ignorar u ocultar los datos de la propia consejería, que cifra la lista de espera, para las intervenciones quirúrgicas, en 24.673 pacientes, como informó EL PAÍS, y sacarse otra de la manga, con tan solo la mitad, es muy gordo, demasiado como para que lo solvente un berrinche del president zaplana. Cierto que el president Zaplana tiene motivos para mostrarse preocupado y colérico, después de que Alvarez Cascos, le birlara el comodín del AVE, y lo dejara solo con Terra Mítica. Pero frente al espejismo de las promesas, está la tozuda realidad de los hechos. Y, oiga, bien mirado, parece que en la Consejería de Sanidad, más que un gafe, haya un cambalache.