Los vecinos acusan a Ruiz-Gallardón de permitir la preparación de las obras de ampliación de la N-III

La Plataforma Vecinal, Sindical y Política por la Nacional III ha acusado al presidente regional, Alberto Ruiz-Gallardón, de incumplir la normativa al permitir que se realicen actuaciones previas para la ampliación de esta carretera que, según dice, "son ilegales porque el proyecto se encuentra en periodo de alegaciones". La Plataforma por la Nacional III presentó en plazo legal cerca de 19.000 alegaciones contra la ampliación de esta vía, que están pendientes de contestar, por lo que recuerdan al Gobierno regional que "está obligado a volver a sacar a información pública un nuevo proyecto, incluyendo un informe de impacto medioambiental y paisajístico, que hasta la fecha no ha sido realizado, siendo preceptivo por la Unión Europea".

La plataforma califica estos hechos de "falta de respeto, de rigor y desconocimiento" por parte de la Comunidad de Madrid hacia la participación ciudadana y la normativa vigente. Al mismo tiempo, acusa a la Administración regional de actuar "con nocturnidad y alevosía" al aprovechar la noche de un día estival para colocar señales de obra y saltarse el procedimiento".

Este colectivo anuncia que informará de esta situación a los partidos de la oposición y a los sindicatos, a la vez que iniciará "los trámites de denuncia que a tal fin marcan las leyes".

El consejero de Obras Públicas, Luis Eduardo Cortés, anunció hace dos semanas que se estudiarán las alegaciones de los vecinos del barrio de Santa Eugenia al proyecto de enlace de la M-45 con la N-III, aunque advirtió que "no hay muchas posibilidades diferentes" y que las modificaciones sólo podrían ser "de matiz".

Cortés opinó que las protestas que realizan desde hace meses los vecinos de este barrio de Vallecas son "exageradas" y reiteró que "el interés general debe primar sobre el particular".

La asociación de vecinos La Colmena, de Santa Eugenia, considera que el nuevo diseño de la carretera de Valencia y su enlace con la M-45 "supondría una gran invasión de los espacios verdes existentes en los márgenes, así como un riesgo severo para los vecinos por su peligroso acercamiento a las viviendas".