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EUROCOPA 2000La gran final

En manos de Zidane

Lemerre dice que Francia confía "en el mejor jugador del mundo"

José Sámano

Malos augurios para la gran final. Michel Platini, uno de los más grandes en la historia del fútbol francés, fue ayer tajante: "No será un partido bonito y ganará Francia con un gol de oro". Platini apoyó sus pronósticos en su gran conocimiento del calcio, donde pasó los años más brillantes de su carrera en el Juventus de Turín. "No es que Dino Zoff ordene a sus jugadores el catenaccio, ni que los propios futbolistas lo hayan decidido, lo que ocurre es que siempre han jugado así, para ellos es toda una tradición".El ex capitán de Francia repartió abundantes elogios para su sucesor, Zinedine Zidane, del que aseguró que está "en mejor forma" que durante el Mundial de 1998, "y sus compañeros han sabido aprovecharse de ello". No obstante, Platini espetó: "Es muy bueno con la pelota en los pies, pero lo que Zidane hace con un balón lo hacía Maradona con una naranja".

De la actuación de Zidane depende en gran medida el curso del partido para Francia. Roger Lemerre, seleccionador francés, lo sabe y ayer, poco antes de comenzar un entrenamiento a puerta cerrada en el estadio De Kuip, escenario de la final, reconoció que tiene la inmensa fortuna de dirigir "al mejor jugador del mundo. Zidane es mágico, sabe cuándo acelerar para esquivar a sus rivales, no duda nunca, tiene una fuerza moral excepcional y es un muchacho impresionante".

Al contrario que Platini, Lemerre no quiso profundizar en el cerrojo que le planteará su enemigo de hoy. El seleccionador del equipo del gallo se limitó a significar que frente a Holanda, "los italianos mostraron un coraje y una voluntad enormes y, aunque estuvieron dominados, cuando pudieron se fueron al ataque, e incluso estuvieron a punto de ganar el partido con un gol de Delvecchio". Tras este sorprendente análisis, Lemerre puntualizó: "Dominar no significa exactamente ganar".

Por si acaso, el entrenador francés, al que muchos de sus compatriotas acusan de tener inclinaciones defensivas, declaró que a él le gusta jugar al ataque. En este sentido, subrayó que desde el Mundial de 1998, la línea que más ha mejorado su equipo "es la delantera".

Lemerre se espera un rival con el partido minuciosamente estudiado. "Explotarán nuestros puntos débiles, algo que hacen muy bien en los grandes acontecimientos", dijo el seleccionador galo. "Francia", apuntó su técnico, "tendrá que explotar su fortaleza mental, no sólo sus cualidades técnicas. Si las cosas vienen mal dadas, los franceses también somos peligrosos, sabemos cómo reaccionar".

El sucesor de Aimè Jacquet, cuyo único "éxito" como entrenador fue un campeonato del mundo militar con Francia en 1995, aseguró no sentirse presionado ante el mayor reto de su carrera: "El fútbol es un juego y realmente no siento mucha presión, sin embargo, es ante la prensa cuando tengo miedo de mí mismo".

Los jugadores franceses, que se repartirán 90 millones de pesetas en primas si ganan el trofeo, temen más que nada la organización hiperdefensiva de los italianos. La mayoría tienen mucha experiencia en el calcio y lo han padecido en directo. Once de los convocados por Lemerre han jugado en la Liga italiana y cuatro de ellos -Zidane, Blanc, Candela y Thuram- aún pertenecen a clubes transalpinos. "El fútbol italiano es muy feo", dijo Patrick Vieira, que tuvo un paso efímero por el Milan. Dugarry, que tuvo una aventura similar con los milanistas, recalcó "las tremendas dificultades" que plantean siempre los encuentros con abundancia de italianos.

La única incógnita en la alineación de Francia está en el centro del campo. Petit, con fiebre, no tenía previsto entrenarse ayer. En caso de que no se recuperara, Lemerre apostaría por Dugarry o Djorkaeff.

Para algunos de los actuales campeones del mundo, la final servirá de despedida. Es el caso de los dos líderes de una brillante generación. Didier Deschamps, el capitán que levantó la Copa del Mundo en París hace dos años, y Laurent Blanc, el líbero al que Aimé Jacquet rescató para la selección tras años de tinieblas, han anunciado su adiós al equipo nacional. Otro acicate para una selección que quiere marcar una época y que ha conseguido sus dos grandes títulos, la Eurocopa del 84 y el Mundial del 98, como local, jamás como visitante.

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Sobre la firma

José Sámano
Licenciado en Periodismo, se incorporó a EL PAÍS en 1990, diario en el que ha trabajado durante 25 años en la sección de Deportes, de la que fue Redactor Jefe entre 2006-2014 y 2018-2022. Ha cubierto seis Eurocopas, cuatro Mundiales y dos Juegos Olímpicos.

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