Las disputas internas fuerzan la destitución del director del puerto de Castellón
El consejo de administración de la Autoridad Portuaria de Castellón aprobó ayer la destitución del director general del organismo, Francisco Enrique Franch, por 20 votos a favor, uno en contra y una abstención. El presidente, Jaime Babiloni, alegó falta de confianza en la persona de Franch, un ingeniero de caminos nombrado para este cargo en septiembre de 1995, poco antes de la primera victoria electoral del PP. A la salida del consejo, que se prolongó dos horas, el secretario ofreció sólo el resultado de la votación, sin querer abordar las razones de la fulminante destitución.
Babiloni esgrimió ante el consejo la concesión, el 29 de septiembre pasado, de un chiringuito en la nueva zona lúdica del Muelle de Costa, por un canon de 1.166.000 pesetas anuales. La explotación del bar recayó en María Nieves Peris, la exsecretaria del gabinete profesional del propio Babiloni, militar en la reserva y economista de profesión. Peris recurrió entonces a la mujer de Francisco Franch para constituir una comunidad de bienes, que se deshizo poco después. Eran los tiempos en que la sintonía entre ambos era total. El alto cargo político y el máximo responsable técnico hacían y deshacían a su antojo. La esposa de Franch también obtuvo un puesto en la torre de control de tráfico marítimo, gestionada por una empresa privada. El cese de Franch unió en la votación a políticos como el presidente de la Diputación y hombre fuerte del PP castellonense, Carlos Fabra, cuya influencia fue decisiva en la resolución del conflicto, y a alcaldes como el de Castellón o el de Vinaròs. Los altos cargos de la Generalitat y los representantes de la Cámara de Comercio, de las grandes compañías navieras y decolectivos laborales también se sumaron a la propuesta.
Fuentes del Puerto aluden a un supuesto favoritismo en la gestión de Franch hacia empresas y particulares de Burriana, su localidad de origen. Aunque no se trató en el consejo, en el puerto se menciona reiteradamente al denominado "clan de Burriana". Ejemplos no faltan a quienes arguyen el motivo como causa de la destitución, como la fuente frente al polémico kiosco que costó 15 millones y que fue elaborada por artistas falleros de esa localidad. También se mencionan trabajos de imprenta, de jardinería y de limpieza, encargados a personas de Burriana. Igual que ocurre con los dueños de la nueva gasolinera, restaurante y lavacoches, abierta hace sólo unos meses.
También un empresario de esa localidad integra una UTE que ganó el concurso para 11 minicines, aparcamiento y una zona comercial frente a la fachada marítima de El Grau. Ese proyecto ha levantado la airada oposición de fuerzas políticas y vecinos. Esa decisión de levantar ese nuevo edificio ha erosiondo fuertemente la credibilidad de Jaime Babiloni, puesta en entredicho por su negativa a cambiar de emplazamiento esas dotaciones recreativas. Una nueva asociación en el distrito marítimo, Mediterrània, ha sido creada al amparo de ese cuestionado proyecto que podría hipotecar sucesivas actuaciones para abrir Castellón al mar. Las recogidas de firmas y las iniciativas parlamentarias, incluso en el Parlamento Europeo, son una espada de Damocles que pende sobre la cabeza del presidente de la Autoridad Portuaria. En un momento del consejo de administración de ayer se ausentaron el presidente y el director para que se discutieran algunos episodios que les afectaban. Fuentes del organismo consultadas por este periódico han vaticinado que la destitución de Babiloni es cuestión de meses.
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