Algunas luces y bastantes sombras

- Cañizares. 30 años. Recibió un altísimo porcentaje de goles a pesar de lo poco que fue exigido. En algunos tuvo bastante responsabilidad. No transmitió confianza. Se le vio tenso, sin dominio del área. Apenas abandonó la raya de gol. Con la ascensión de Casillas, sus posibilidades de defender la portería en el 2002 son escasísimas. - Molina. 29 años. Cometió un error capital frente a Noruega. Nunca debió acudir a aquel balón. Camacho le retiró la confianza inmediatamente. ¿Para siempre? Por su estilo era un buen recurso para una defensa que no se distinguía por su rapidez. Luchará con Cañizares por la suplencia durante estos dos años.

- Casillas. 19 años. Su ascensión ha sido imparable en una temporada mágica. No jugó un minuto en la Eurocopa. Todo indica que su tiempo ha llegado. Probablemente será el titular de la selección desde el próximo partido.

- Salgado. 24 años. Se ha beneficiado de la carencia de laterales derechos en el fútbol español. Jugador impulsivo, no se sintió superado por la competición. Por lo demás, fracasó en todos los partidos. Defendió sin rigor. Atacó con entusiasmo y sin criterio. Obsesionado con conducir la pelota. No se sabe hacia dónde. Presumible titular en los próximos partidos. Por falta de competidores.

- Hierro. 32 años. El mejor del equipo en los dos primeros partidos. Autoritario en el juego aéreo. Sereno en los momentos de máxima ansiedad del equipo. Sacó la pelota con garantías. Sus mejores años han pasado. Cada vez le cuesta más resistir el ritmo competitivo. Se necesita un sucesor. No aparece ninguno en el horizonte.

- Paco. 30 años. Un favorito de Camacho. Central entusiasta, de choque. Lento, con graves dificultades para el giro y la búsqueda del mejor perfil en el marcaje. Su escasa técnica le ha generado problemas para sacar el balón. Discretísimo torneo. No es un jugador para el futuro. Ni para el más próximo.

- Aranzabal. 27 años. Su caso expresa con crudeza lo que supone una gran competición para algunos jugadores. Durante la fase de clasificación se ganó el derecho a la titularidad. En la Eurocopa se borró. Claramente impresionado por la magnitud del torneo, se empleó con una timidez escandalosa. No defendió, no atacó, no jugó. Por edad está en las mejores condiciones para seguir en la selección, pero su cartel se ha desplomado.

- Sergi. 28 años. Nadie acertó a explicar su ausencia en el partido contra Francia. Cualquiera que sea la opinión que se tenga sobre sus cualidades defensivas, no había dudas de la necesidad de utilizarle. Por veloz, por descarado, por su larga experiencia internacional. Importante su contribución ante Yugoslavia. Se le ve como titular indiscutible en los dos próximos años. Tampoco tiene demasiada competencia.

- Velasco. 23 años. Uno de los dos españoles que no jugaron en la Eurocopa. No es un buen síntoma que Camacho no le tuviera en cuenta para sustituir al decepcionante Salgado. ¿Para qué fue convocado?

- Abelardo. 30 años. Jugó contra Eslovenia y no abandonó el centro de la defensa. Actuación impecable. Seguro y contundente. Eficaz en el juego aéreo: también en ataque. Siempre por encima de la media del equipo. Aún le quedan dos buenos años.

- Helguera. 25 años. En un año se ha convertido en una de las mejores noticias del fútbol español. Notable actuación en la Eurocopa. Lo hizo en el medio campo. Es más que probable que su posición ideal sea la de libre. Amplio margen de progresión. ¿Sucesor de Hierro? Sería crucial para el futuro del equipo. Parece indiscutible durante toda la fase de clasificación del Mundial.

- Valerón. 25 años. En el fútbol se utiliza el término pecho frío. Perfectamente aplicable a Valerón durante la Eurocopa. Intrascendente. Se refugió en Guardiola. No asumió ninguna responsabilidad. Ningún remate, ningún pase peligroso. Nada. Veremos qué opinión ha sacado Camacho. Probablemente le concederá el beneficio de la duda.

- Guardiola. 29 años. Máxima categoría. Como jugador y como carácter. Fue capaz de levantar el vuelo en las circunstancias más difíciles, en medio de un debate que le situaba como el principal problema del equipo. Fue el mejor en los dos últimos partidos. Sería conveniente encontrarle un heredero. No será fácil. Todavía tiene que cumplir un papel relevante hasta 2002.

- Mendieta. 26 años. Después de su sensacional temporada, salió fortalecido de la Eurocopa. Se le echó en falta en los últimos minutos ante Francia. Competitivo. Versátil. Tanto que ése es su problema. Camacho no acaba de ubicarle en un sitio determinado. Será una pieza sustancial en los dos próximos años.

- Engonga. 34 años. Probablemente hizo su último acto de servicio durante su breve actuación contra Eslovenia.

- Fran. 30 años. También hizo su último acto de servicio. Abrumado por la Eurocopa o distraído. Hay versiones para todo. Pero su fracaso no admite dudas.

- Etxeberria. 22 años. Decepcionó. Dos años antes, en el Mundial, fue más atrevido y vertical. Otro jugador superado por los acontecimientos. Con Camacho parece que tiene un sitio seguro.

- Gerard. 21 años. Acudió como aprendiz. Facilidad en el juego aéreo. No está probado al máximo nivel. Se habla de su intermitencia, de una cierta inmadurez, pero tiene toda la pinta de ser un jugador indiscutible para los próximos años. Cualidades le sobran.

- Urzaiz. 28 años. Pasó por la Eurocopa sin mucho que decir. Con los datos en la mano, se echó de menos a Morientes. Futuro incierto, a pesar de la estima que le tiene Camacho.

- Raúl. Hoy cumple 23 años. Este Raúl menor tuvo tiempo para ser el mejor delantero español. Ha pagado la factura de una temporada brutal y de una lesión que le impidió entrenarse con propiedad. Sus opciones para conseguir el Balón de Oro son casi inexistentes. Será la pieza capital en los próximos años.

- Munitis. 25 años. Camacho le dio un papel protagonista contra Francia. Probablemente está para otra cosa: para la agitación cuando las cosas se ponen duras. Al menos no se dejó impresionar. Jugador que levanta opiniones para todos los gustos. Parece que tendrá algún papel menor en los próximos meses.

- Alfonso. 27 años. Fuera de sus dos goles a Yugoslavia, su cotización baja sustancialmente. No logra superar el examen en las competiciones internacionales. Problemas con todo: con los controles, con los regates, en el pase. En regresión. Pero cuesta verle fuera de las convocatorias de Camacho.