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Tribuna:CUMBRE DEL BANCO MUNDIAL
Tribuna
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La estrategia china para una economía basada en el conocimiento

El Banco Mundial celebrará entre hoy y el próximo miércoles en Paríssu conferencia anual en Europa, que este año versará sobre

La Teoría del Desarrollo ante el Milenio. Uno de los trabajos presentados

por el profesor chino Lan Xue explica los cambios en el país asiático

para fortalecer una economía basada en el conocimiento.

En los últimos años, el papel de la ciencia, la tecnología y la educación (CTE) ha ido adquiriendo cada vez más importancia en la reforma económica y el desarrollo chinos. En 1995, el Gobierno adoptó oficialmente la idea de "revitalizar China mediante la ciencia y la educación" como una de las dos principales estrategias de desarrollo.La fiebre de la "economía basada en el conocimiento", que barre China desde 1997, ha confirmado aún más el papel de la CTE en el futuro desarrollo de China. En junio y agosto de 1999, las autoridades centrales mantuvieron dos cumbres nacionales distintas, una sobre educación y otra sobre innovación tecnológica.

La cumbre sobre educación aprobó un Plan de Acción para Revitalizar la Educación en el Siglo XXI, mientras que la cumbre sobre innovación lanzó una política de fortalecimiento de la innovación tecnológica, apoyo al desarrollo de la alta tecnología y promoción de la comercialización a gran escala.

Tras este entusiasmo por la CTE, hay una búsqueda de nuevas fuentes de poder que permitan la reforma y crecimiento de China. Después de más de una década de rápido crecimiento económico, China comenzó a mostrar signos de estancamiento a mediados de la década de 1990, cuando la demanda social general comenzó a decaer mientras que la capacidad productiva adicional seguía aumentando.

Al mismo tiempo, la repercusión de ese rápido crecimiento en el medio ambiente y los recursos naturales dejaron claro que China ya no podría permitirse el antiguo estilo de crecimiento.Ante este panorama, muchos académicos y funcionarios chinos empezaron a plantearse la idea de la economía basada en el conocimiento. Aunque todavía se siguen debatiendo el concepto y sus consecuencias para China, el Gobierno no tardó en asumir este principio básico y tomó medidas en varios frentes, con la esperanza de que China pueda emprender en el siglo XXI un nuevo rumbo de desarrollo basado en el conocimiento. Las reformas estructurales, los programas con financiación pública, y los cambios en la estructura de incentivos, son algunas de las medidas.

En primer lugar, el Gobierno está decidido a reestructurar el sistema chino de innovación nacional y hacerlo más sensible a las necesidades del mercado. La Academia China de las Ciencias (ACC) comenzó un programa de reestructuración denominado Técnica de Innovación del Conocimiento en 1998, con el objetivo de seleccionar áreas clave de investigación, consolidar institutos de investigación, y mejorar la gestión de investigación y desarrollo.

En menos de dos años, se han afianzado muchos institutos de investigación y se han seleccionado más de 700 proyectos de investigación en diferentes áreas, con un presupuesto total de cerca de 1.000 millones de yuan chinos.

Un esfuerzo todavía más audaz es la reestructuración de 242 institutos de investigación, anteriormente adscritos a diversos ministerios y ocupados en actividades de investigación que a menudo encontraban poca utilidad práctica.

Mediante el proceso de reestructuración, se fundieron 131 institutos en empresas, 40 pasaron a ser adscritos a gobiernos locales, nueve fueron eliminados, y el resto mantuvo su anterior categoría.

Un esfuerzo igualmente importante es el proceso de reforma que en la actualidad se está llevando a cabo en el sistema de educación superior chino. Bajo la tremenda presión de la población en general, China casi ha duplicado sus plazas universitarias en los últimos años.

Por ejemplo, las universidades chinas admitieron 1,6 millones de nuevos estudiantes en 1999, un aumento del 47,4% sobre el año anterior. Sin embargo, el aumento de plazas no podía resolver los problemas inherentes al antiguo sistema.

Uno de ellos era el hecho de que muchas universidades mantenían sistemas disciplinarios intolerantes y trasnochados, fruto de la influencia rusa en la década de 1950. El otro problema relacionado era que la administración de las universidades estaba dividida entre tres administraciones, el Ministerio de Educación, otros ministerios del Gobierno central, y los gobiernos provincial y local. Estos sistemas estaban separados por barreras organizativas,

El objetivo de la actual reforma estructural es capacitar al sistema de educación superior chino para enfrentarse a los retos de una economía basada en el conocimiento, más accesible a la opinión pública, suficientemente flexible como para responder a las cambiantes necesidades del mercado, y con la eficacia necesaria para proporcionar buenos servicios educativos a un bajo coste.

La reforma se centró en la cooperación entre las instituciones centrales y locales, y las fusiones entre universidades. A comienzos de 2000, la administración de más de 400 universidades ha pasado de manos de los ministerios centrales a alguna forma de coadministración entre las instituciones centrales y locales. Además, se han establecido 125 nuevas universidades mediante fusiones y adquisiciones entre 304 universidades.

Al mismo tiempo que avanzan estas reformas, el Gobierno también ha hecho un gran esfuerzo por promover la innovación tecnológica y el desarrollo de la industria de alta tecnología. Por supuesto, China seguirá apoyando diversos programas de alta tecnología, incluido el Programa 863, el programa de desarrollo de la alta tecnología de China, y, el Programa Antorcha, un programa de comercialización de alta tecnología china. Sin embargo, hay varios cambios importantes en esta nueva ronda de iniciativas.

Un cambio importante es el énfasis en las pequeñas y medianas empresas (pymes) y en empresas no estatales de ciencia y, tecnología. Tradicionalmente, las grandes empresas estatales eran las beneficiarias de la inversión pública en ciencia y tecnología. Pero ahora se ha creado un fondo especial para apoyar actividades innovadoras en pymes, muchas de las cuales son de propiedad privada.

Además, el Ministerio de Ciencia y Tecnología (MCT) y la Comisión Estatal de Economía y Comercio publicaron un documento conjunto destinado a crear un ambiente más proclive al mercado y proporcionar mejores servicios a las empresas no estatales.

Otro cambio importante es el paso de un sistema de simple creación de programas estatales a la construcción de infraestructuras y entomos. Por ejemplo, basándose en un documento emitido por el MCT, muchas áreas de desarrollo de la alta tecnología nacional en China han puesto mayor énfasis en la creación de un entorno favorable y, mejores servicios para los innovadores. Incubadoras, servicios de financiación y, redes de información se consideran elementos esenciales en estas zonas.

En especial, el Parque Científico de Zhongguancun, situado en Pekín, ha generado gran interés recientemente después del plan estratégico del Gobierno para construir allí el Silicon Valley chino. Shanghai y Shenzhen son también fuertes contendientes. Ambas ciudades han anunciado planes para atraer financiación y especialistas para ponerse al día en la economía del conocimiento.

Además, el mercado de capitales de riesgo se considera cada vez más una parte necesaria de la infraestructura institucional para el desarrollo de la alta tecnología. China ya se ha comprometido a establecer un mercado de valores similar al Nasdaq para permitir el desarrollo adecuado del mercado de capital de riesgo.

El tercer área de esfuerzo gubernamental es cambiar la estructura de incentivos para facilitar la transferencia de conocimientos de los laboratorios de investigación y desarrollo (I+D) a la producción.

En marzo de 1999, siete ministerios presentaron conjuntamente una serie de cambios políticos para proporcionar mayores incentivos a la comercialización de los resultados de I+D obtenidos por las universidades y los institutos de investigación. Eliminaron el techo que había limitado el porcentaje de acciones de una empresa que se podían obtener por la transferencia de tecnología.

Al mismo tiempo, la política exige que al menos el 50% de la cantidad obtenida en la comercialización de una tecnología se pague a las personas que han realizado importantes contribuciones al proceso. Se anima a los miembros de los claustros universitarios y al personal de investigación de instituciones de investigación públicas a asumir actividades de asesoramiento y a solicitar permisos no remunerados para lanzar empresas de alta tecnología.

Aunque estos esfuerzos son bastante impresionantes, no se debería olvidar que China es todavía una nación en vías de desarrollo, con más de 800 millones de habitantes en las zonas rurales, lo que convierte el cambio de una sociedad rural a una sociedad urbana en una tarea abrumadora. Además, China está todavía en plena transición de la economía planificada a la economía de mercado.

La complejidad de realizar estas dos transiciones al mismo tiempo presenta enormes dificultades. Sin embargo, si miramos atrás y nos fijamos en lo que China ha conseguido durante las dos últimas décadas, desde que se decidió a seguir la senda de la apertura y la reforma, encontramos grandes razones para ser optimistas sobre cómo será el futuro si China mantiene el rumbo del conocimiento para el desarrollo.

Lan Xue es profesor y vicepresidente de la Academia de Investigación y Desarrollo para el siglo XXI de la Universidad de Tainghua.

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