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El ex concejal de IU en Jaén condenado por realizar una pintada cumple su primer fin de semana de cárcel

Ginés Donaire

,Después de 36 horas en la cárcel (el primero de los dos fines de semana que debe cumplir al ser condenado por una pintada contra la guerra en la antigua Yugoslavia), el ex concejal de Izquierda Unida en el Ayuntamiento de Jaén Francisco José Aguilera dice que la meditación le ha servido para reafirmarse aún más en sus convicciones a favor de la paz y también sobre el valor de la libertad. "La pintada es una huella, queda la esperanza", manifestó ayer después de comer con familiares. Y sin querer personalizar en nadie, sí que apuntó: "No deben ser los jueces los que marquen las fronteras de la libertad democrática".

"Quiero devolverle a mi gente las 36 horas que me han quitado". De esta manera, Aguilera se mostró dispuesto a devolver, con su trabajo y compromiso personal, las innumerables muestras de afecto y solidaridad recibidas desde los ámbitos políticos y sociales más diversos de Jaén y de otros puntos de España.

Francisco Javier Aguilera fue condenado por la titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Jaén, María Dolores Fernández, a dos fines de semana de arresto (el segundo de ellos podría cumplirlo a principios de agosto) y al pago de 18.000 pesetas por una pintada, realizada el 9 de abril del año pasado, sobre el muro exterior del hospital Princesa de España, en la que podía leerse: "Ni Solana ni Milosevic, paremos la guerra".

"Me han condenado por gamberro, pero quienes consideran que nada pasa en las guerras son, cuando menos, indecentes", subrayó el ex concejal de IU. "No se puede ser tibio ni inconsecuente ante un problema que, como en el caso de Yugoslavia, hizo retroceder al país 30 años en su desarrollo", añadió.

Ahora insiste en que volvería a hacer esa pintada y entiende que es preciso un compromiso mucho más firme "para que no se trivialicen las razones por las que uno pinta". Por eso, nada más salir de la cárcel propuso a sus compañeros la creación de un "espacio común que integre a las personas democráticas y desde el que se luche contra las guerras". De alguna manera, Aguilera cree que sería "algo coherente entre la ética y la política".

Aguilera ha permanecido recluido en el módulo de ingresos del centro penitenciario Jaén II. Ropa deportiva, literatura y prensa compusieron su único equipaje. Ha tenido la oportunidad de intercambiar impresiones con los funcionarios de prisiones, que le han pedido que haga públicas las malas condiciones laborales en las que trabajan.

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También ha tenido ocasión de comprobar cómo "las cárceles son cada día más un terreno apartado de la sociedad y donde se refleja la globalización del mundo actual", en alusión al elevado número de internos procedentes de otros países. Ironizó, además, sobre las condiciones de la "celda-sauna" que ha ocupado. "En un sitio así se canta hasta la Marsellesa".

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