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Entrevista:OMAR HARTITIREPRESENTANTE DE INMIGRANTES

"El drama empieza cuando el inmigrante baja de la patera"

Naiara Galarraga Gortázar

La decisión de abandonar Tetuán (Marruecos) y partir hacia España le llevó a Omar Hartiti una semana. Casi 11 años han pasado desde que salió con un visado de estudiante. Lo suyo era la biología. Hoy, con 34 años, es representante del Consejo de Trabajadores Inmigrantes de El Ejido (Almería), donde vive desde 1993, y coordinador de un curso para formar mediadores interculturales. Hartiti dio una conferencia anteayer en Bilbao invitado por la ONG Harresiak Apurtuz.Pregunta. ¿Se considera un afortunado por tener papeles?

Respuesta. No sé si es suerte o soy uno del contingente de los trabajadores inmigrantes que tenemos que estar. Hay que tener suerte en el trabajo, los papeles sólo resuelven parte del problema. Me regularicé en 1991.

P. ¿Cuál es el gran problema?

R. El trabajo, la convivencia, el estar fuera de casa, crear un tejido social donde pueden vivir con cierta normalidad.

P. ¿Le gusta su vida actual?

R. Sí. También mi trabajo.

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P. ¿Cuál es la situación ahora en El Ejido?

R. Tensa, crispada y oscura. O sea que de tranquilidad nada de nada, aunque se intente vender eso. Hay tranquilidad si comparas cualquier día con el 5 de febrero [inicio del estallido]. Ahora, tranquilidad, como yo la entiendo todavía no existe en El Ejido. Tampoco la había antes. Hacen falta muchos años para que empiece a establecerse una cierta convivencia.

P. ¿Están volviendo a la vida cotidiana quienes perdieron sus negocios, sus coches, sus casa?

R. La gente quiere recuperarla, pero hasta el momento no se ha recuperado porque la Administración no colabora, incumple el acuerdo firmado el 12 de febrero con las asociaciones de inmigrantes. Ni siquiera la parte de emergencia del acuerdo, el alojamiento de los que perdieron sus viviendas e indemnización a todos los afectados, ha sido cumplida. No sé en España cuánto dura la fase de emergencia. Pasados cinco meses y, con el incumplimiento de lo urgente, es absurdo pensar en las soluciones a largo plazo.

P. ¿Cree que los graves incidentes de El Ejido han sido un toque de atención a la sociedad española?

R. Sí, creo esa situación y otras tan fuertes dejan alguna reflexión en cualquier sociedad que pretenda convivir con otros pueblos. Pero me interesaría más que la reflexión la hicieran los políticos, los responsables de solucionarlo.

P. La ley de Extranjería será reformada. ¿Les queda algún resquicio de esperanza?

R. Nuestra postura ha sido siempre contraria a cualquier ley de extranjería, la antigua, la nueva, la reformada, la no reformada. Los mismos que pretenden reformar la ley están calentando el ambiente.

P. ¿Qué propició lo ocurrido en El Ejido?

R. La actitud del Ayuntamiento hacia los inmigrantes, sacarlos fuera del pueblo, su explotación, marginación, rechazo social y el afán de convertirnos en cabeza de turco tras los delitos.

P. La tragedia de Dover ha sido otro bofetón que destapa el tráfico de personas.

R. Lo que pasó en Dover y en Málaga siempre ha existido, hay muchas furgonetas pululando por España cargadas de inmigrantes. Dover y Málaga coinciden en el tiempo y hay que vender el producto. El verdadero drama empieza cuando el inmigrante se baja de la patera o del camión. Son muchos los que por ejemplo viven hacinados y en pésimas condiciones.

P. ¿A qué tipo de gente forma como mediador?

R. Son inmigrantes o españoles comprometidos con el colectivo que tienen disponibilidad absoluta. Median en conflictos y luego hacen un seguimiento para que no se reproduzcan.

P. ¿Percibe cambios en los diez años que lleva aquí?

R. Sí, ha habido cambios en la sociedad en su conjunto y en el colectivo. Es difícil de describir, pero la situación ha ido de mal a peor en los últimos cinco años. Cada vez se explota más a los grupos desfavorecidos, no sólo los inmigrantes. Los empresarios se aprovechan de los sin papeles, trabajan muchas horas por sueldos bajos...

P. ¿Se va quedar España para siempre?

R. Es una pregunta que me deja estancado. Preparé mi emigración en una semana y quién sabe si preparo la vuelta en menos tiempo. Vivo al día, no sé qué pasará mañana.

P. ¿Siente El Ejido como su pueblo?

R. No.

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Sobre la firma

Naiara Galarraga Gortázar
Es corresponsal de EL PAÍS en Brasil. Antes fue subjefa de la sección de Internacional, corresponsal de Migraciones, y enviada especial. Trabajó en las redacciones de Madrid, Bilbao y México. En un intervalo de su carrera en el diario, fue corresponsal en Jerusalén para Cuatro/CNN+. Es licenciada y máster en Periodismo (EL PAÍS/UAM).

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