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Guerristas y partidarios de Zapatero se unen en Madrid frente a los renovadores

Lo importante es ganar el congreso provincial, si hay más de una lista; lo secundario, ser delegado para el federal. Este ánimo ha pesado en los militantes socialistas de Madrid según las candidaturas que anoche se perfilaban. La de Matilde Fernández, aspirante a la secretaría general del PSOE, incluye a guerristas y seguramente al propio Alfonso Guerra, a Izquierda Socialista, a antiguos seguidores de José Borrell y a los Renovadores por la Base, que han tomado como bandera la de Rodríguez Zapatero. Frente a éstos, la renovadora, previsiblemente liderada por Jaime Lissavetzky y casi con seguridad derrotada mañana, se inclinará hacia José Bono.

Este galimatías pone de manifiesto la diferencia que los militantes socialistas establecen entre los objetivos que buscan en sus propias federaciones y lo que harán en el próximo congreso federal.A tenor de cómo iban produciéndose ayer los acontecimientos en el primer día del congreso de la Federación Madrileña (FSM), de la lista final, es decir de los 58 delegados que irán al congreso de julio, saldrán votos para los cuatro candidatos previsibles: Matilde Fernández, José Luis Rodríguez Zapatero, José Bono y Rosa Díez.

Mañana, domingo, se enfrentarán en Madrid dos candidaturas que en la antigua tradición se denominarían guerristas o seguidores de José Acosta y renovadores. Pero no será así. La guerrista se perfila como vencedora por la unión de los grupos siguientes: parte del que en su día apoyó a José Borrell, Izquierda Socialista y Renovadores por la Base. La máxima sorpresa se ha producido al conocer que estos últimos han tomado como bandera la del líder de Nueva Vía, José Luis Rodríguez Zapatero, lo que plasmarán en julio incluyendo en su cuota madrileña a Trinidad Jiménez, asesora internacional del PSOE y una de las principales promotoras de Nueva Vía.

A quien más ha llamado la atención esta mezcla es a los integrantes de la lista renovadora, en la que figura el secretario general de la FSM, Jaime Lissavetzky, y veteranos alcaldes como Pedro Castro, que describen así la situación: "En la misma candidatura figuran guerristas y felipistas con tal de ganarnos el congreso en Madrid".

Matilde Fernández encabezará esa candidatura, seguida previsiblemente por Ignacio Díaz, de Renovadores por la Base, y Alfonso Guerra, ex vicesecretario general del PSOE, si finalmente acepta. Felipistas serían todos los Renovadores por la Base y la propia Trinidad Jiménez si se sigue la convención de que Nueva Vía fue, es y será defensora a ultranza de la labor de Felipe González.

Los guerristas no han puesto vetos a nadie "con tal de ganar el congreso en Madrid", según se lamentan los renovadores, que critican a sus antiguos compañeros, los otros renovadores "por la base", por haber desatendido sus llamadas para ir juntos. Asimismo, los incluidos en la lista guerrista no consideran un desdoro ir en esa candidatura con el argumento de que todos son militantes socialistas y no tienen agravio alguno, aseguran, respecto a Alfonso Guerra, José Acosta o Matilde Fernández. "Es una lista plural", añaden.

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División para la secretaría

La consecuencia práctica de la asamblea madrileña, que puede repetirse este fin de semana en muchos congresos provinciales, es que sus 58 miembros se dividirán en la votación para el secretario general. Los que hoy comparten la lista de Matilde Fernández se inclinarán por ella, mayoritariamente, o por Rodríguez Zapatero, aunque puede haber algunos votos para Rosa Díez. Los renovadores, aunque no se manifiesta todavía en alto, están a favor de José Bono, si bien en ese sector Díez considera que también tiene partidarios.

Mientras tanto, Bono aseguró ayer que, aunque reciba críticas, como las vertidas por miembros del guerrismo respecto a que no tiene ningún proyecto, no responderá ni se peleará con los compañeros de su partido. El presidente de Castilla-La Mancha recordó que ya en 1993 alertó a su partido sobre la ausencia de un proyecto coherente y en torno a la necesidad de "cambiar caras". Su criterio sobre los proyectos es muy ortodoxo al considerar que, precisamente, el cuerpo doctrinal y político tiene que salir de los delegados del congreso.

Por otra parte, no pasa ni un solo día sin que se mencione a González. Ayer se refirió a él Juan Carlos Rodríguez Ibarra, presidente de Extremadura. Para él, tanto González como Guerra, "por su autoridad", tienen "la obligación" de trabajar en este congreso "para articular una dirección que integre a la mayoría del partido". A su juicio, los candidatos actuales no reúnen "la autoridad suficiente" para hacer esa tarea.

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