El ojeador del fútbol rumano
A sus 35 años, Gica Hagi no pierde el tiempo, ni si quiera cuando está a punto de bajar la persiana a su fabulosa carrera internacional. Si Rumania cae hoy ante Italia, el Maradona de los Cárpatos, el elegido jugador rumano del siglo, el futbolista que llevó a su país a la mejor clasificación mundialista de su historia, el hombre que acaba de darle al fútbol turco la primera victoria internacional (la Copa de la UEFA ganada por el Galatasaray), se quitará para siempre la camiseta amarilla que ha lucido en 120 ocasiones. Mientras espera los cuartos de final, Hagi también tiene tiempo de ocuparse de sus negocios. Está empeñado en colocar a su amigo Balint -ex jugador del Burgos y segundo técnico de la selección rumana- en el Galatasaray. Fracasadas las negociaciones del equipo turco con Luis Fernández, el Galatasaray se ha fijado en Lucescu, un veterano técnico rumano que ha dirigido a varios clubes italianos.Nadie duda que el dedo de Hagi ha sido decisivo en los contactos con Lucescu. Una vez conseguidos, el capitán rumano quiere ahora hacer un hueco a Balint, con el que tiene un negocio audiovisual. Balint cerraría el cuarteto rumano del Galatasaray, junto a los gicas -Hagi y Popescu- y Lucescu.
Popescu tampoco piensa en las musarañas. A todo el que se le acerca le habla de Christian Chivu, autor del primer gol a Inglaterra. El lateral del Ajax, que este año ha recibido en el club holandés el premio "Johan Cruyff" a la mejor promesa, tiene 19 años y Popescu está convencido de que merece toda la atención.
Hagi y Popescu, líderes de una gran generación que ha sido capaz de clasificar a Rumania para tres Mundiales y tres Eurocopas, quieren dejarlo todo atado antes de su retirada. Vecinos de taquilla en el Barça y en el Galatasaray, siempre les ha gustado vivir en familia. Máxime cuando cerca de la jubilación.
Aunque con ellos nunca se sabe. Hagi anunció su retirada tras Mundial98 y estuvo ausente hasta que Víctor Piturca, ex seleccionador, se vio con la soga al cuello. El presidente de la federación le dio un ultimátum frente a Hungría, en la fase de clasificación para el actual europeo. Rumania llevaba 64 años sin ganar a los húngaros, pero Hagi volvió y el equipo torció la racha. Todo en calma hasta que, ya lograda la clasificación, Piturca compareció con Hagi en televisión. El míster se atrevió a decir que se hubieran clasificado igual sin Gica. Fue despedido en horas. A Hagi le gusta la familia, pero siempre que esté en paz.
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