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EUROCOPA2000 España, en cuartos contra Francia

La plegaria del talismán

Diego Torres

El fabuloso gol de Alfonso ante Yugoslavia, el que clasificó a España para cuartos de final, tuvo un soporte espiritual insospechado. La inefable contribución de las oraciones de quien es considerado un talismán por el grupo de Camacho. Se hace llamar Jimmy a secas -"mi apellido es cosa personal", arguye-. Una mole de 130 kilos de pura fibra rápida, campeón de combates ilegales en el submundo portuario de Amberes y amigo espontáneo de Alfonso Pérez Muñoz. Es el guardaespaldas que contrató la organización de la Eurocopa 2000 para cuidar de la integridad física de los futbolistas españoles. Un tipo que entabló con Alfonso un diálogo casi cotidiano en la concentración de Tegelen. Se cayeron bien. Todo comenzó rápido. "¡Eres un gran jugador!", le dijo el luchador. "A tí se te nota que sabes de fútbol", le respondió el futbolista. Los rezos llegaron solos."Yo le dí suerte a Alfonso, yo rezaba por la selección española cada noche, le pedía a Dios que derrotaran a Yugoslavia, que Alfonso metiera un gol", confiesa sonriente Jimmy. Luego suelta una carcajada y deja ver dos hileras de dientes inmaculados. Afilados. Dice que con Alfonso es con quien mejor se lleva. Intercambian risas. Con el resto de la expedición el trato es más bien frío. Excepto con Guardiola y Raúl. "A ellos les estrecho la mano cada vez que los veo", dice, y no hace mención de José Antonio Camacho. El seleccionador parece no tener constancia de estos hechos.

"Mi edad es un asunto personal", insiste Jimmy. Oculta sus años. Se diría que suma unos 30 y pico. En contra de la opinión de Alfonso, emitida con ligereza, admite que el fútbol no es lo suyo. "Lo intenté cuando era un crío pero no estoy hecho para eso", explica. "Lo mío es la lucha libre, el boxeo, el full contact, las peleas ilegales". ¿Peleas ilegales? ¿Apuestas? "Sí, las peleas ilegales. Es muy peligroso, muy peligroso...". Jimmy se entusiasma. Muestra los puños. Exhibe ocho nudillos aplastados y decenas de cicatrices. "Perdía la piel de los nudillos", evoca, "a fuerza de repartir golpes".

Nacido en el barrio marginal de Albert Cuyp, en Amsterdam, hijo de emigrantes de Surinam, el guardaespaldas de la selección asegura que se dedicó a luchar como profesional después de pasar por el tamiz de una infancia dura. "En mi barrio había muchos tipos grandes, realmente grandes. Me robaban los pasteles y las galletas, y eso duele", confiesa Jimmy.

'Combate caja'

En un intento desesperado por aliviar las humillaciones, el aprendizaje de las artes marciales sucedió con naturalidad. De ahí al profesionalismo el trecho fue corto. Los combates clandestinos le sirvieron para ganarse la vida durante unos cuantos años. "Yo hice lo que se conoce como combate de caja", describe. "Consiste en que dos luchadores se meten en una caja y se enfrentan a un solo asalto. El que primero dice basta es el que pierde. No te puedes escapar porque la caja está formada por rejas de acero, de unos tres metros de altura. Se entra por una puerta y se cierra con llave. El público a veces es de miles de personas. Se celebran en Amberes. A veces en Amsterdam. El luchador que se rinde debe golpear el suelo para anunciar su retirada. Están permitidas las fracturas, las luxaciones, los estrangulamientos, los golpes bajos...".

El luchador dice que ha combatido dos veces en Japón, una especie de Meca. Asegura que la derrota es algo que le sucedía de ordinario: "He golpeado mucho el suelo". Para aguantar sin caer el mejor recurso es, simplemente, cuestión de voluntad, en el lenguaje simétrico del guardaespaldas. "Había tipos muy grandes por fuera que eran pequeños por dentro y viceversa", recuerda.

Acaso la metáfora le valga a España -y a su amigo, el desgarbado Alfonso- para enfrentarse a Francia. Una selección de guapos, vitales y hábiles campeones del mundo, el próximo domingo en Brujas.

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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