La teoría Gaia gana respetabilidad científica en el congreso de Valencia, según los organizadores
La teoría Gaia, lanzada hace tres décadas por el investigador británico James Lovelock para explicar el planeta Tierra y los seres que lo habitan como un solo sistema autorregulador, ha ganado respetabilidad científica en el congreso que ayer finalizó en Valencia. Así lo aseguran los organizadores, que apuntaron, como otras conclusiones, la necesidad de fomentar el estudio de la relación entre el suelo, los océanos, la atmósfera y los seres vivos desde un punto de vista multidisciplinar y abordar otros problemas científicos como si fueran sistemas complejos.
Otro de los debates suscitados durante el congreso fue el de la biología de la conservación, es decir, las consecuencias que puede traer la poderosa y destructiva transformación que está haciendo el hombre en el planeta. Todos coincidieron en que Gaia es, a escala humana, muy poderosa: aunque el hombre se autodestruya y aniquile a multitud de especies animales, el pulso de la vida continuará latiendo en la Tierra, que seguirá autorregulando sus flujos de materia y energía.Otra cosa es que interese poner a prueba la teoría. "El medio ambiente no necesita nuetra especie", explicó Ricardo Guerrero, microbiólogo de la Universidad de Barcelona, "pero la salud de Gaia es la salud de nuestra especie". Sin embargo, nada garantiza en el futuro la presencia humana. "El destino de nuestra especie es absolutamente obvio: la extinción", afirmó Lynn Margulis, la microbióloga estadounidense que aportó a Lovelock las bases biológicas para fundamentar la hipótesis Gaia y, por tanto, considerada coautora de la tesis.
Y mientras Margulis veía difícil la colonización de otros planetas antes de la extinción, Guerrero dijo que el hombre "tiene un canal que no es genético, la inteligencia" que permitirá salir a la conquista del espacio.
En ese sentido, el anuncio de la NASA sobre el descubrimiento de agua líquida en el ecuador de marte fue calificado de "fascinante" por Margulis, aunque puntualizó que no garantiza la presencia de vida. Está claro que Marte no tiene una atmósfera en desequilibrio como la terrestre, indicador de la vida orgánica, pero la presencia de agua podría revelar que la hay a pequeña escala o que la hubo en el pasado marciano.
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