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Reportaje:

San Isidoro sale del armario

Carmen Morán Breña

Estaban en los armarios, algunos en el cuarto del ascensor, apilados aquí, arrumbados allá. Se sabía de su existencia pero no se podía sacar provecho de ella porque nadie los había catalogado, ni mucho menos informatizado para facilitar un camino directo al grano. El instituto San Isidoro de Sevilla es el más antiguo de Andalucía y siempre estuvo ubicado en la calle Amor de Dios, pero tan sagrado cobijo no le libró del rodillo urbanístico de los años sesenta que acabó con el claustro de lo que fue un convento y le dejó el aspecto impersonal que hoy presenta. Aquel ataque de mal gusto se cargó incluso el cuarto de los castigos que a día de hoy sería una pieza de museo, aunque sea de los horrores.Los avatares inmobiliarios no impidieron, sin embargo, que el centro educativo siguiera su andadura, hoy hace ya 155 años. En 1845 el instituto ya nació con biblioteca, y los catedráticos que por él fueron pasando, amén de algunas compras, le legaron un tesoro en libros antiguos que todavía se conservan. Ahora mucho mejor que hace cuatro años, cuando a la directora, Ramona Núñez, se le ocurrió que había que sacar a la luz toda la colección que se deterioraba sin remedio y que había sufrido gran desgaste con los traslados.

"Sin un duro", comenzaron por rescatar un antiguo ordenador, una becaria les echó una mano y los profesores pusieron unas cuantas horas libres. Acaban de publicar el catálogo que recoge 2.500 títulos de libros antiguos cuyas fechas van de 1515 hasta 1900. Con el trabajo acabado han montado una exposición en el centro para mostrar al público una preciosa Geografía de Tolomeo de 1600, la Comedia de Aristófanes, de 1515, el más antiguo de los ejemplares, un Quijote con láminas de color de 1879, dos libros antiguos escritos en portugués, "una rareza", una Biblia traducida al griego, latín y hebreo, un Código Penal de la China traducido al castellano en La Habana, ejemplares enanos con censura incluida, o sea, con el nombre del editor recortado a navaja sin más contemplaciones... Dicen que el catálogo acaba en 1900 pero no es verdad porque tienen un ejemplar del año 5843. No es una errata de Silvia María Pérez, la catalogadora, ni un volumen donado por Steveen Spielberg después de su Regreso al Futuro, sino una fecha del calendario hebreo. Curiosidades que han dejado de piedra a propios y ajenos y ha metido el gusanillo de la investigación a la directora, que deja el cargo a finales de mes y sólo piensa en meter su nariz más investigadora en un ejemplar al que ha echado el ojo.

Otros investigadores ya habían pasado por el San Isidoro para hacer sus tesis, pero entonces la tarea era tan complicada como hurgar en un desván.

Ahora quieren seguir y piden apoyo, sobre todo económico para ordenar las 500 cajas de expedientes escolares que atesoran. En esas aulas han estudiado Luis Cernuda, Manuel Machado, los hermanos Álvarez Quintero y "medio callejero de Sevilla", se ríe Ramona Núñez.

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Sobre la firma

Carmen Morán Breña
Trabaja en EL PAÍS desde 1997 donde ha sido jefa de sección en Sociedad, Nacional y Cultura. Ha tratado a fondo temas de educación, asuntos sociales e igualdad. Ahora se desempeña como reportera en México.

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