Revuelta contra el nuevo gobernador de Chechenia elegido por Putin
El caos político en el bando ruso se ha sumado en Chechenia a la conversión del conflicto bélico en una guerra de guerrillas que promete prolongarse durante años. Ayer, el mufti (líder religioso musulmán) Ajmed Kadírov fue presentado finalmente en Gudermés como jefe de la Administración por el general Víktor Kazántsev, virrey del presidente Vladímir Putin en el distrito del Cáucaso. El nombramiento de Kadírov, efectuado el 12 de junio, suscitó una auténtica revuelta, aún no dominada, entre los líderes locales controlados por el anterior hombre del Kremlin, el ex general ruso Nikolái Koshman. El diario Segodnia hablaba ayer de "anarquía" y Kommersant titulaba: "Chechenia, nuevamente sin poder". Y es que Kadírov, pese a contar con el apoyo de Putin, renovado por su consejero Serguéi Yastrzhembski, ha estado varios días en su feudo natal de Tsenteroi, víctima de las luchas de clanes, en espera de que Kazánstsev acudiese al rescate.
