'Picassos' de diez años
"Estamos en el Guggenheim, como si fuéramos Dalí y Picasso", exclamaba ayer emocionada Elena García, de 11 años, alumna del colegio Padre Orbiso, de Vitoria. Una emoción justificada porque Elena se hallaba ante una de las obras que han creado los alumnos de su colegio para el programa educativo Aprendiendo a través del arte, que realiza anualmente el Museo Guggenheim de Bilbao.Ella es uno de los 119 escolares vascos de seis a once años que exponen sus obras en la pinacoteca bilbaína. La exposición, que podrá visitarse hasta el 16 de julio próximo, reúne un total de 575 obras. Ayer fue su día grande, la inauguración de la muestra que les convierte en artistas a la altura de los más grandes, como ellos mismos sentían.
El Guggenheim estuvo a la altura de sus sentimientos y les trató como si fueran pintores de renombre internacional. El refrigerio que el museo suele servir en las inauguraciones oficiales estaba esta vez compuesto por ganchitos, patatas fritas, palomitas, sandwiches, tortilla de patatas y caramelos. Los camareros y camareras, elegantemente vestidos de negro, portaban bandejas con coca colas y fantas. Una mañana inolvidable para los nerviosos escolares.
Estímulo para aprender
El programa educativo Aprendiendo a través del arte, que patrocina la Fundación BBK, está basado en la idea de que el arte tiene un enorme potencial como estímulo para el aprendizaje. Surgió en 1970 en el Museo Guggenheim de Nueva York y ha sido reproducida en otros lugares, como es el caso de Bilbao, donde se puso en marcha hace tres años. Hasta ahora la experiencia se realizaba con alumnos vizcaínos. Éste es el primer año que participan escolares de toda Euskadi con participación de seis centros públicos de Primaria.
Los alumnos han realizado sus obras durante 20 semanas, dirigidos y ayudados por un equipo de artistas y por los propios profesores. Los colegios que han participado en este edición de Aprendiendo a través del arte, han sido Artatse, de Bilbao; San Antonio, de Etxebarri; Maiztegi, de Iurreta; Katalin Erauso, de San Sebastián; Urkizu, de Eibar, y Padre Orbiso, de Vitoria.
Las 575 obras (pinturas, esculturas, collages,...) se encuentran expuestas en una gran sala de la primera planta del museo cuyas paredes han sido pintadas de fucsia y verde manzana. Sobre estos brillantes colores, los originales de los estudiantes resaltan y se enriquecen.
Las sonrisas de los niños ayer al contemplar el vistoso montaje realizado por el Guggenheim eran mucho más expresivas que cualquier palabra. Su satisfacción era evidente. Estaban excitadísimos, corrían de un lado para otro buscando sus trabajos y sorprendiéndose ante los de los demás. "Mis padres y mis abuelos seguro que vienen", decía Tahiche Alvarado, de 11 años, del Padre Orbiso. Ella y sus compañeros han sido dirigidos en este proyecto por Aimar Arriola.
El resto de los artistas que han dirigido el trabajo de los estudiantes son: Begoña Zubero, Esther Moux, Julio Hernández, Roberto Landeta, Iratxe Larrea, Mercedes Périz y Ana Isabel Román.
Cuerpos con gomaespuma
Desde un esqueleto hecho con gomaespuma que muestra las articulaciones, un árbol reciclado hecho con peladuras de frutas o collages con fotocopias de retratos de los alumnos a trajes futuristas fabricados con tapas de yogures, instrumentos musicales imaginarios o una gran máquina cuenta-cuentos, los trabajos de los estudiantes llenan las paredes de la sala 105 del museo.
"Nosotras hemos hecho este mural, con trozos de nuestras caras y nuestros cuerpos pegadas con las de nuestros compañeros", explica Elena García. Emplearon "unos tres días" en esa amalgama de fotocopias de ojos, manos, orejas y demás.
Entre los asistentes a la presentación ayer se encontraban los consejeros de Cultura y Educación, Mari Carmen Garmendia e Inaxio Oliveri, respectivamente; el subdirector general de la Fundación BBK, Juan María Saenz de Buruaga, y el director del Guggenheim Bilbao, Juan Ignacio Vidarte.
De Harlem a Bilbao
La exposición Aprendiendo a través del arte incluye este año una experiencia de intercambio que se ha realizado entre alumnos del colegio público San Antonio, de Etxebarri, y una escuela pública de Harlem (Nueva York). Los trabajos de 17 estudiantes vascos se exponen ahora en el Guggenheim neoyorquino y los de los escolares de Harlem cuelgan de las paredes del museo de Bilbao. Se trata de fotografías, que van acompañadas de textos en los que los chavales explican por qué les gusta la foto que exponen y por qué la han hecho. "Éste es un bar de mi pueblo. Aquí los mayores se reúnen por la tarde a jugar la partida", reza uno de los textos. "Me gustaba la imagen de la paloma posada sobre el cable", indica otro. El intercambio ha sido doble porque la fotógrafa vizcaína Begoña Zubero ha trabajado durante una semana con los escolares de Harlem y la fotógrafa norteamericana Esther Moux realizó la misma experiencia con los niños vizcaínos.
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