_
_
_
_

Un andaluz 'desaborío'

Francesc Valls

José Montilla, un andaluz un poco desaborío, según sus paisanos, será hoy investido primer secretario del Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC). Cordobés de Iznajar, donde nació en 1955, Montilla sellará con Pasqual Maragall lo que el ex alcalde de Barcelona llama el "gran pacto cultural" entre los catalanes de siempre y los nuevos catalanes. El actual alcalde de Cornellà de Llobregat, cuna del movimiento obrero en el Baix Llobregat, es un hombre con mucho poder en el PSC y con poco sentido del humor, que desde 1994 -en el cargo de secretario de organización, que ahora abandona- maneja muchas palancas de poder. Especialmente en el PSC, a cuya sede acude todas las tardes. Allí ha pasado años engrasando la maquinaria de un partido que en los últimos congresos estuvo a punto de saltar en pedazos.

Más información
El PSC sitúa en un mínimo del 40% la cuota de mujeres en las listas y en sus órganos de dirección

Trabaja en silencio. Tanto que sus detractores le llaman mudito. Sus amigos prefieren calificarle de prudente. El caso es que tiene respuestas gallegas a preguntas tan comprometidas como: ¿Blair o Jospin? "Pues los dos y Schröder", contesta.Sus prudentes silencios, además de su metódica vida cotidiana, rompen con el estereotipo andaluz. Montilla no hace concesiones a la improvisación. Cada mañana entre 8.30 y 9.00 llega al Ayuntamiento de Cornellà, donde despacha tres o cuatro horas. Cuando puede almuerza con la familia. Hace unas semanas ha sido padre de trillizos.

Pero él ha distribuido el tiempo y no se ha apartado de las negociaciones con Pasqual Maragall sobre cómo debe ser el partido. Se juegan muchas cosas en este congreso del PSC que hoy concluye, en el que por vez primera un ciudadano catalán nacido fuera de Cataluña llegará a la primera secretaría, rompiendo una prolongada tradición de apellidos ilustres.

Montilla viene avalado por una larga carrera política -del maoísmo a la socialdemocracia- adornada de mayorías absolutas como alcalde de Cornellà. Estuvo entre el grupo de impulsores de la plataforma de José Borrell. Maragall se decantó por Joaquín Almunia. Pero todo se explica: "Lo hizo por lo que ello significa de renovación, no por ser más o menos de izquierda o más o menos jacobino", aseguran sus amigos.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_