Los arroceros exigen con una siembra simbólica un mejor trato de Bruselas

La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA) y la Unió de Llauradors cerraron ayer filas con la Consejera de Agricultura, María Ángeles Ramón-Llin contra la posible reforma de la Organización Común de Mercados (OCM) del arroz. Tras la reunión, las organizaciones agrarias realizaron en protesta una siembra simbólica de arroz en la plaza de la Virgen de Valencia, que sirvió de alimento a las palomas del lugar. Dirigentes de estas dos organizaciones venían de entrevistarse con la consejera, a la que transmitieron su oposición a los planes de Bruselas de eliminar el precio de intervención del arroz e incluir el sector dentro de los cultivos herbáceos. La medida suprimiría "el colchón" que asegura a los arroceros una renta mínima por este cultivo. La inclusión del arroz dentro de la OCM de cultivos herbáceos también obligaría al agricultor a dejar cada año el 10% de la superficie de cultivo en barbecho, lo que supondría cuantiosas pérdidas económicas.

La consejera de Agricultura manifestó su oposición "rotunda" ante el documento que la Unión Europea pretende aprobar la semana que viene. "No es una cuestión política, sino de pura supervivencia", dijo Ramón-Llin, quien trasladó por la tarde esta opinión al ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete. Ramón-Llin afirmó que la reforma prevista tiene más aspectos negativos que positivos, y pone en peligro un sector que cumple con la normativa de cantidad y que se cultiva en zonas que no tienen otra alternativa de cultivo.

Los arroceros pidieron la revisión de los acuerdos preferenciales con países terceros, y recordaron que el sector arrocero mantiene a 10.000 familias valencianas y es fundamental para el mantenimiento de parques naturales como el de la Albufera de Valencia y el de Pego-Oliva. La Comunidad produce 115 millones de kilos de arroz al año, el 5% del total europeo.