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David F. Brandon presenta en Vitoria su colección de pinturas narrativas

Imágenes inquietantes, sugerencias para continuar un relato que se apunta en el cuadro, continua presencia de la muerte y de la fragilidad de la vida están presentes en la pintura de David F. Brandon (Londres, 1954). Su obra es dramáticamente real, accesible y siempre introduce una historia, tal y como señaló el propio artista ante sus trabajos reunidos en la exposición Backstage. Este creador, residente en Vitoria desde 1985, presenta su última obra en el Centro Cultural Montehermoso de la capital alavesa hasta el 9 de julio.

David F. Brandon cursó estudios en el Royal College de Londres, donde mantuvo contacto lo mismo con artistas implicados en la creación realista con signo político, como con grandes figuras como David Hockney. De aquellos años, le quedaron algunas certezas: a mucha gente le intimida el arte, el arte comprometido puede llevar dentro de sí un efecto bumerán, y la necesidad de la pérdida del respeto a la obra artística.De este modo, Brandon propone un relato (según él, su obra siempre remite a una historia) y el espectador dispone de sus cuadros para proseguir por donde quiera. En el recorrido por la exposición se percibe, además, que la propuesta del artista no se remite a cada pintura, sino a toda su obra.

Son numerosos los signos de intertextualidad que recorren las pinturas: una sugerente puerta que se abre que aparece en un cuadro de la primera sala y volverá a surgir en otros momentos; calaveras, cuerpos de recién nacidos, cifras misteriosas -como ese 2.824 que surge de vez en cuando- alambradas, hojas de árboles volando o vegetales en otoño.

Todo un universo narrativo reproducido con una inusual pericia técnica y una claridad que remite a creadores como Bacon o Warhol. "Mi arte es una visión de un mundo inventado a mi medida, pero es directa y asequible; mis exposiciones cuentan siempre una historia, es como ir al cine para meterse dentro de una aventura, es teatro puro", recalca el artista.

Los cuadros de Brandon están realizados con pintura acrílica sobre táblex y madera, o sobre tela, táblex y madera. La pintura está aplicada con un aerógrafo no mecánico, un instrumento que solía utilizarse para aplicar líquido fijador a dibujos a carboncillo o a lápiz y, a veces, para decorar piezas realizadas en cerámica.

El pintor insiste en la dificultad de su trabajo, para desvincularlo del uso de cualquier técnica fotográfica o del empleo del aerógrafo gráfico. Su técnica, viene a decir, es la misma que la de los pintores clásicos, pero utilizada en unos tiempos en los que se han acabado los grandes relatos y sólo quedan las sugerencias.

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Las obras de Backstage se han realizado en los últimos tres años y suponen una muestra del trabajo actual de Brandon, que ya investiga en nuevos campos creativos.

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