El régimen de Milosevic prosigue su política de acoso
Después del acoso a los medios de comunicación independientes, a la universidad y del hostigamiento contra el movimiento de resistencia estudiantil Otpor, parece haberle llegado el turno a las ONG en Belgrado. El régimen del presidente yugoslavo, Slobodan Milosevic, ha enviado ahora a sus policías a las oficinas de Mujeres de Negro contra la Guerra, a las del Comité de Helsinki de Abogados para los Derechos Humanos y a las dependencias del Foro para las Relaciones Étnicas.Trabajar por la paz saltándose las barreras étnicas, prestar apoyo a los desertores de la guerra, cuyo fin cumple hoy un año, y organizar talleres con mujeres de Serbia y Montenegro son actividades sospechosas para la policía serbia, que los pasados días 7 y 8 tomó la sede de Mujeres de Negro en Belgrado, se llevó parte del material que éstas poseen sobre Kosovo e interrogó durante más de seis horas a Stasa Zajovic, representante de Mujeres de Negro en la capital yugoslava y que ayer no pudo ser contactada por este periódico por estar fuera de la ciudad. Desde su fundación en 1988 visten de negro por las víctimas de los conflictos y como protesta contra los líderes nacionalistas irresponsables cuyo único argumento es la violencia.
"El régimen tiene miedo de estas mujeres, que en 1995 fueron consideradas por un boletín de la Embajada de Estados Unidos en Belgrado como la más importante oposición contra Milosevic", asegura Concha Martín, miembro de la red de Mujeres de Negro en Madrid. "Como a todos sus oponentes, el régimen las tilda de traidoras y de sicarias a sueldo de países enemigos", prosigue Martín. "En este momento nadie en Serbia tiene garantizados sus derechos más elementales, y aquellas organizaciones que han destacado en su reivindicación y consiguiente crítica al régimen son los principales blancos del acoso que los aparatos represivos de Milosevic están llevando a cabo para amordazar las voces discrepantes", finaliza esta miembro de la red.