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TENIS Torneo de Roland Garros

Ferrero rozó la final de París

El español dominó a Gustavo Kuerten por dos mangas a una, pero acabó perdiendo en la quinta

No habrá ningún español en la final del torneo masculino de París. Juan Carlos Ferrero rozó ayer la victoria en las semifinales ante el brasileño Gustavo Kuerten, pero vio impotente cómo se le iba diluyendo en sus propias manos. Estuvo cerca, llegó a dominar el partido por dos mangas a una y controló la cuarta por 3-2 y servicio. Sin embargo, en aquel preciso instante, allí donde ya parecía encarar la parte final de su triunfo, fue donde el campeón de 1997 comenzó a remontar de forma imparable. Kuerten ganó por 7-5, 4-6, 2-6, 6-4, 6-3 en 3 horas y 38 minutos. El brasileño disputará la final, la segunda que jugará en París y en el Grand Slam, ante el sueco Magnus Norman."Cometí un error", comentó Ferrero en su análisis del partido. "Dominé el cuarto set por 3-2 y saque, y allí bajé un poco el ritmo de mi juego. Pero ha vuelto a demostrarse que en el tenis nunca puedes confiarte. Tal como hizo ya contra Kafelnikov, Kuerten volvió a remontar un partido que tenía difícil, y me ganó. Bajé el ritmo y fue un error, puesto que de no hacerlo así habría podido ganar en cuatro mangas".

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Resulta difícil entender por qué Ferrero hizo aquello. Acababa de jugar dos mangas impecables cuando le surgieron las dudas. Hasta entonces el partido había resultado tremendamente igualado. Ferrero perdió la primera manga, pero aquello no dio ninguna de las claves del futuro desarrollo del partido. Después, la solidez de sus golpes, la seguridad en sí mismo, la profundidad de su juego, le llevaron a anotarse incluso con cierta comodidad las dos mangas siguientes. Y cuando había conseguido ya el break en la cuarta (lo logró de entrada), cuando el final ya parecía cercano, con 3-2 y saque, una discusión en una bola que le fue dada mala y que supuso el 15-30, fue el punto de inflexión.

Ni siquiera él supo encontrar los motivos. Pero lo cierto es que en aquel juego perdió el servicio y allí comenzó un vía crucis del que no pudo escapar. Ferrero había salvado momentos difíciles a lo largo del torneo, y había ido consolidando su juego y sus opciones. Brilló a una altura increíble frente a Philipusis en los octavos de final, y después alcanzó las semifinales ganando un partido impresionante frente a Àlex Corretja. Sus rivales comenzaban a preguntarse qué debían hacer para derrotar al español de 20 años, finalista hace dos en la prueba júnior, pero debutante este año en el cuadro principal de París.

Él mismo parecía estar más preocupado en descubrir cuál era su verdadero techo que en seguir ganando partidos. Cada vez que superaba una ronda repetía su frase favorita: "Me gusta jugar contra él. Tengo ganas de saltar ya a la pista". Y no le importaba que su nombre fuera Philipusis, Corretja o Kuerten. Frente a todos ellos demostró que su capacidad es ilimitada. "No puedo entender cómo puede mantener este nivel de juego tan alto durante tanto tiempo", exclamó la ex jugadora y ahora periodista italiana Lea Pericoli.

Cuando Kuerten logró igualar a dos mangas, todo el mundo comenzó a pensar que la historia de Ferrero en este torneo se estaba acabando. Parecía claro que su mentalidad no era la misma. Él, que siempre había actuado en forma tan positiva, que nunca se había dado por rendido, estaba desfalleciendo. Sin embargo, nunca se rindió. Dispuso de una bola de rotura en el primer juego del quinto set, que habría podido cambiar el curso del partido. Pero otra vez, como tantas, Kuerten fue salvando las situaciones difíciles con la efectividad de sus servicios. Cuando Ferrero acababa de perder su saque (4-2), volvió a contar con un 15-40, que no pudo concretar. El saque del brasileño, que marcó una de las mayores diferencias entre ambos jugadores, lo impidió. Kuerten estaba ya funcionando como una perfecta máquina bien engrasada, y se había olvidado de sus molestias en la espalda. Y ahí acabó todo.

"Sí, creo que también de esta eliminación puedo sacar cosas positivas", explicó el de Ontinyent. "Estoy contento porque he llegado a las semifinales de Roland Garros, para mí el mejor torneo del mundo, en mi primer año, y porque he ganado a jugadores muy buenos. Sin estar al 100% incluso pude ganar a Kuerten. Me he demostrado que estoy arriba, que puedo jugar con cualquier tenista". Sin embargo, cuando salió de la pista junto a Kuerten, que le había esperado, la cara de Ferrero no delataba precisamente ningún elemento de satisfacción. "Es una derrota que duele", confesó el español. "Una de las que más me han dolido. Pero no pasa nada, dentro de una hora ya se me habrá pasado".

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