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La magistratura italiana investiga los contactos con los jefes de la Mafia

El Consejo Superior de la Magistratura (CSM) italiana abrió ayer una investigación para aclarar todos los puntos oscuros sobre los contactos habidos entre varios capos de la Mafia y autoridades del Estado, en concreto, el fiscal nacional Antimafia, Pierluigi Vigna, motivo de una fuerte polémica en Italia. De acuerdo con las últimas filtraciones difundidas por diversos medios de comunicación italianos, las conversaciones entre los padrinos, que estarían dispuestos a renegar de Cosa Nostra a cambio de ciertos beneficios penitenciarios, y algunos magistrados se iniciaron en enero pasado en las tres cárceles de máxima seguridad donde están recluidos cinco de los "aspirantes" a establecer un trato con el Estado. Entre las ofertas hechas a los representantes judiciales (el fiscal Antimafia tomó las riendas de las conversaciones en una segunda fase) figuraría, según informaba ayer La Repubblica, la entrega del fugitivo más buscado por la policía italiana, el capo Bernardo Provenzano, cuya figura limita peligrosamente con el mito. Salvatore Traina, abogado de Provenzano, fugitivo desde hace 30 años y heredero de Totó Riina al frente del poderoso clan de los Corleones, negó ayer que se haya producido a través suyo ningún contacto con su defendido, para una eventual "disociación" de la Mafia. Sin embargo, las primeras informaciones sobre la existencia de un sector de la Mafia que sopesa las posibilidades de rendirse señalaban a Provenzano como patrocinador de la iniciativa.

Los capos mafiosos dispuestos a rendirse, y a hacer un llamamiento a los miembros de las distintas bandas familiares para que cese su actividad delictiva, están recluidos en tres cárceles de máxima seguridad del Estado: Rebibbia (Roma), Viterbo (a unos 30 kilómetros de la capital italiana) y Spoleto, en la Umbría, en pleno centro del país. Se trata de Pietro Agliero, detenido en 1998 y condenado a los cadenas perpetuas por los atentados que costaron la vida en 1992 a los jueces Giovanni Falcone y Paolo Borsellino, y a otras nueve personas, detenido en Rebibbia. Pippo Caló, el más veterano de los padrinos de Cosa Nostra, recluido desde 1985 en la prisión de Spoleto (Umbría); Nito Santapaola, ex capo de la Mafia de Catania (la segunda ciudad de Sicilia), preso en Viterbo (en la región del Lazio, de la que es capital Roma); Giuseppe Farinella y Piddu Madonia, ambos condenados a cadena perpetua, encerrados en Rebibbia.

Más información en página 24

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