Unió tenía promotores asalariados para captar nuevos militantes
Unió Democràtica (UDC) desarrolló una estructura de agentes comerciales a sueldo para ganar más implantación y afiliados. Los promotores comerciales remunerados han generado no pocos conflictos dentro del partido, como la crisis en la intercomarcal de Terres de l'Ebre. Los promotores dependen del Secretariado de Implantación de Unió y de Josep Maria Vila d'Abadal y percibían entre 100.000 y 300.000 pesetas mensuales.
Los promotores de implantación funcionan desde que a principio de 1997 Carme Drópez y Araceli Vendrell se hicieron cargo de la secretaría de organización de Unió. Algunos militantes elegidos por la sede central de UDC percibían un sueldo por dedicarse a captar nuevos afiliados. En algunos momentos se les llamó "promotores de implantación" porque dependían y cobraban de esa secretaría, ocupada por Josep M. Vila d'Abadal i Serra.Los sueldos de los promotores de implantación variaban entre 100.000 y 300.000 pesetas mensuales, según informan fuentes de Unió. Estos salarios tomaban forma, en muchos casos, de prestación de servicios contra factura del perceptor.
Estos "promotores" fueron la causa de importantes conflictos internos dentro del partido democristiano. El más importante de ellos fue la moción de censura planteada, en octubre de 1998, contra el presidente del Comité Ejecutivo de la Intercomarcal de Terres de l'Ebre, Joan Baptista Jiménez -que era diputado y asesor del ex consejero de Enseñanza Xavier Hernández-, fuertemente criticado por mantener a Ramon Piñol como "promotor" asalariado en la zona. Piñol rechazó hacer manifestaciones al respecto después de ser localizado en la Intercomarcal de Tarragona, donde trabaja ahora a las órdenes de Joan Carrera, secretario de organización y de implantación de esa intercomarcal.
Otro "promotor" fue la esposa de Joan Cogul, ex director del Consorcio de Promoción Turística de Cataluña, Carme Fargas, que actuaba en Reus hasta que se desató un caso judicial en la entidad pública que dirigía su marido. Fargas declinó hacer declaraciones.
Por otra parte, la oficina de "telemarketing" que se puso en marcha en mayo de 1999 ha perdido a muchos de los trabajadores de la campaña que pretendía ampliar la base social del partido. Los 16.400 militantes de UDC recibieron una carta de Duran en la que les pedía que relacionaran a 12 personas susceptibles de incorporarse a Unió.
Los elegidos recibieron una carta personalizada de Duran en la que les invitaba a ingresar en Unió e involucraba el nombre del afiliado que les había propuesto. Tras la carta, el equipo telefónico de persuasión les llamaba para convencerles de que Unió era "interclasista", "el partido que ocupa el centro político" y "el que representa a la mayoría de los ciudadanos de Cataluña". Algunas de las personas que realizaban estos servicios, militantes que cobraban en metálico a razón de 1.000 pesetas la hora de trabajo, han sido despedidas en las últimas semanas.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.