Un árbitro argentino para un partido por cánticos antisemitas de la afición

Algo profundo está cambiando en el fútbol argentino. El compromiso de los principales protagonistas contra la violencia le pone freno a las temibles barras bravas. El pasado sábado, el árbitro Ricardo Sugliani interrumpió por propia decisión el partido de la Primera División B, que disputaban el Talleres y el Atlanta, por los cantos racistas de la barra del Talleres. Por los altavoces del estadio se advirtió a los fanáticos de que, si no se callaban, el juez tenía decidido suspender definitivamente el partido, con la consecuente pérdida de puntos para el equipo y un multa económica al club. La medida fue efectiva y después de 15 minutos, los gritos ofensivos contra los aficionados del Atlanta, a los que se identifica popularmente como representantes de la comunidad judía del barrio de Villa Crespo, en el oeste de la ciudad de Buenos Aires, se convirtieron en cantos de apoyo al árbitro y al Talleres.Versos racistas y agresivos

El colegiado Sugliani dijo luego que se había limitado a aplicar una modificación reglamentaria que había resuelto la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), "por la que ahora se puede decidir la suspensión provisional del partido y también la suspensión definitiva si no cesan los ataques". Los cantos racistas contra los aficionados del Atlanta, a los que históricamente se les dice " los rusos" en alusión a los judíos, siempre tuvieron un toque folclórico que en los últimos años se transformaron en ataques directos. Los cantos con versos agresivos fueron seguidos de cruces gamadas y esvásticas pintadas en los paredones del estadio, y con amenazas de todo tipo. En este mismo torneo, los aficionados del Defensores de Belgrano recibieron a los jugadores del Atlanta arrojándoles jabones cuando saltaron al campo.

El árbitro Sugliani tomó su decisión sin precedentes una semana después de que los jugadores del Boca y del Newell's resolvieran juntos, también por primera vez, abandonar el campo de juego después de que desde la grada donde estaba la barra brava del Boca se arrojaran dos petardos que explotaron detrás de la portería del Newell's.