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Tribuna:EL DEFENSOR DEL LECTOR
Tribuna
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Inmigrantes virtuales

"España rechazó en 1999 a casi un millón de personas en las fronteras". Este titular se publicó en primera página del periódico, a tres columnas, el pasado 27 de mayo.En la página 21 de la sección de España se desarrollaba la información con un encabezamiento muy parecido: "España rechazó en 1999 a casi un millón de extranjeros 'sin papeles' en sus fronteras".

Cabe pensar que hasta el lector menos dotado para la fantasía pudo imaginar a un auténtico ejército invasor cercando las fronteras y a una fuerza proporcionalmente adecuada para rechazarlos.

El antetítulo de primera página invitaba a la duda y arrastraba al mosqueo: "Los pasos de Ceuta y Melilla registraron 700.000 intentos de entrada".

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Intentos. Un adjetivo clave para esta historia, pero que situado en el antetítulo no la aclara. Ni mucho menos. Sobre todo porque en la entradilla de la información, tanto en primera página como en en la sección correspondiente, se insistía con contundencia en que "la policía española rechazó en las fronteras durante el año pasado a unas 960.000 personas que intentaban entrar irregularmente en el país". Para justificar el dato se ofrecía la seguridad de una fuente expresa: la Unión Europea, que ofreció las cifras en Bruselas.

Francisco Javier de Lucas, catedrático de Filosofía del Derecho y Filosofía Política de la Universidad de Valencia, se ha dirigido al Defensor para manifestar su "sorpresa", ante los titulares y con intención expresa de protestar por lo que considera un error.

El profesor De Lucas incluye en su carta una serie de razonamientos que merece la pena recoger.

Apunta que el "error" lo cometieron "casi todos" los periódicos "a partir de la presentación interesada del informe" anual de la UE sobre inmigración ilegal, según datos facilitados por el Gobierno español, a través de la representación permanente en Bruselas.

En opinión del lector, "se trata de una noticia que, así formulada, da alas al mensaje alarmista en el que parece empeñado el Gobierno y, de rebote, algo más que un empujón a la tesis del 'efecto llamada' que, al decir del propio Gobierno, habría provocado" la ley de inmigración que ahora se pretende reformar.

De Lucas reconoce que "el texto desmiente el titular" ya que no son un millón de personas las que trataron de entrar en nuestro país, sino, "en todo caso, un millón de intentos".

El texto de la información daba pistas fiables para llegar a conclusiones razonablemente cercanas a la realidad, pero una información periodística no debe dejar nunca a la adivinación, al tanteo o al cálculo de un lector escrupuloso aquello que pretende contar.

El Libro de estilo exige un estilo "claro y preciso". El periodista tiene vedado forzar a los lectores a cualquier suerte de interpretación o de deducción al enfrentarse a las informaciones.

¿Cuántas veces?

El texto de la información aclaraba en parte los términos del problema cuando se decía que "fuentes de la Comisión Europea" calificaron las cifras como 'creíbles aunque algo exageradas', debido a la facilidad con que los ciudadanos marroquíes que viven cerca de Ceuta y Melilla pueden acceder a los puestros fronterizos españoles, incluso a pie, y repetir varias veces el intento de entrar en territorio europeo".

Esas mismas fuentes precisaban que "es probable que España haya negado la entrada a ciudadanos de terceros países un millón de veces, aunque seguramente muchas veces se ha tratado de la misma persona en días distintos porque pueden llegar hasta la frontera sin ningún problema".

El profesor De Lucas concluye que "una media ponderada nos situaría en unas 150.000 personas" que realmente intentaron entrar en territorio español. Llega a esa conclusión a la vista de que una misma persona trata de cruzar la frontera en varias ocasiones y a lo largo del año, y que en Ceuta y Melilla se registran 7 de cada 10 intentos, sin que allí sea necesario recurrir a las mafias que se dedican al tráfico de inmigrantes.

El Defensor no es quién para establecer cifras, pero, a través de la propia sección de España, ha sabido que, según estimaciones oficiales, son algo más de 200.000 personas las que tratan de cruzar las fronteras.

¿Y las 800.000 restantes? Pues no existen, son inmigrantes virtuales, inmigrantes torticeramente estadísticos, confundidos con su persistente voluntad de adentrarse en lo que para ellos es, sin duda, sueño europeo y, más concretamente, español.

José Antonio Carrizosa, redactor jefe de la sección de España, ha ofrecido al Defensor una explicación lacónica y contundente: "El lector tiene razón".

El Defensor es consciente de un peligro obsesivo a la hora de titular, lo que en el argot interno se llama "dar una vuelta de tuerca" para que las informaciones se revistan de interés y de importancia.

El rigor enfrentado al reto de ofrecer titulares con lustre, con gancho. Algo que se pide demasiadas veces y que se impone con exigencia jerárquica para evitar titulares blanditos. Algo tan interiorizado que, en ocasiones, sin requerimientos de ningún tipo y de modo inconsciente, lleva a la deformación.

El Libro de estilo exige titulares "inequívocos" y que respondan "fielmente a la información". Inequívocos eran, en su formulación expresa, los que denuncia el lector. Tanto y tan rotundos que equivocaban.

Por cierto, aunque el lector no lo mencione, en uno de los titulares volvía a emplearse la expresión "sin papeles". ¿No es posible hablar en castellano y escribir "indocumentados"?

Los lectores pueden escribir al Defensor del Lector por carta o correo electrónico (defensor@elpais.es), o telefonearle al número 91 337 78 36.

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