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Los dirigentes del PSC pedirán a Chaves que aspire a la secretaría general del PSOE

Anabel Díez

El Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC) se implicará a fondo en la solución de la crisis del PSOE una vez que los militantes catalanes elijan a sus dirigentes en su congreso a mediados de este mes. De momento dejan en suspenso la presión sobre el presidente de la Junta de Andalucía y de la Comisión Política, Manuel Chaves, para que aspire a la secretaría general del PSOE, aunque continúan pensando que sería el mejor candidato y así se lo hará saber la nueva dirección. Pero el andaluz reiteró a Javier Solana y Narcís Serra, en una reunión en secreto en Sevilla, que no quiere aspirar a ese puesto.

Los dirigentes del PSC se han reunido ya con el presidente de Castilla-La Mancha, José Bono, la candidata Rosa Díez y el líder de Nueva Vía, José Luis Rodríguez Zapatero -ayer manifestó en Gijón que esta convencido de que la "clave" del próximo congreso federal está en definir el proyecto socialista para liderar un programa de futuro" y no en las cuestiones orgánicas- y de los tres tienen buena impresión aunque siguen prefiriendo a Chaves, según reconocen dirigentes del PSC y corroboran en la ejecutiva andaluza. De momento, neutralidad, tal y como le comunicó el martes el futuro primer secretario, José Montilla, a Bono en una reunión "discreta".Ese encuentro, que ayer conoció este periódico, fue tan silencioso como el que mantuvieron el 12 de mayo en un hotel de Sevilla Chaves, el primer secretario saliente de los socialistas catalanes, Narcís Serra, y el jefe de la diplomacia europea, Javier Solana, del que informó la Cadena SER. En esa reunión Chaves reiteró que no quería ser candidato. El presidente andaluz dijo ayer en Granada que "cualquier especulación sería gratuita" ya que los tres amigos hablaron de "lo divino y lo humano".

Desde el PSOE de Andalucía se insistió en que de esa reunión no puede derivarse ninguna resolución política aunque sí reconocieron que sus compañeros catalanes insisten en convencer a Chaves para que sea candidato a secretario general , dando por seguro que tendría el respaldo de la mayoría de delegados. La versión de los andaluces es la de que "ninguno de los candidatos o previsibles candidatos" encandila tanto como para que pueda hacerse con las riendas del PSOE en un momento difícil.

La estima de los dirigentes del PSC por los candidatos en liza, cada uno por razones diferentes, no impide que consideren que Chaves desempeñaría mejor el papel que toca asumir en los dos próximos años. La renovación del partido en todas las federaciones con congresos regionales a la vuelta del verano y las graves crisis que afecta a algunas importantes pueden conllevar que el secretario general "se queme", por lo que se necesita una autoridad fundamentada en el apoyo que obtenga en el congreso.

Desde esta perspectiva dirigentes del PSC han visto de muy buen grado la propuesta de Díez de que el secretario general sea elegido en doble vuelta si no obtiene mayoría absoluta. La tesis de los socialistas catalanes es la de que dos años después se pueden convocar primarias para elegir candidato a la presidencia del Gobierno y ahí pueden aspirar otros aunque sin descartar que Chaves, en la hipótesis de que fuera secretario general, pudiera optar al cargo. Pero no quiere.

Así las cosas, el PSC no se ha comprometido a apoyar a ninguno. Tampoco lo hará con Matilde Fernández, cuya visita al PSC dan por segura. Después del congreso catalán elegirán a los delegados que acudirán al del PSOE y decidirán si respaldan a alguien o esperan hasta el congreso del PSOE a finales de julio. A Bono le reconocen una "gran talla política"; a Rosa Díez "coraje y ganas de dinamizar el partido" y Rodríguez Zapatero les causó una gran impresión al insistir en que el objetivo de Nueva Vía es "renovar el discurso político". Por último, los dirigentes del PSC consultados señalan que estarán "en conexión" con Andalucía.

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Pacto no escrito

A los dirigentes del PSC parece que no les importa demasiado el pacto no escrito pero firme de los miembros de la Comisión Política, de la que Chaves es presidente, de no optar a ningún cargo. Cristina Alberdi anunció su candidatura y pocas horas después la retiró ante el griterío que se formó fuera y dentro de la gestora con el recordatorio de que al ser parte implicada no se puede mantener la neutralidad en la conducción del partido hacia el congreso. El pasado martes, ante las quejas de una de las dirigentes de la gestora , la eurodiputada Elena Valenciano, por lo que creía pérdida de neutralidad de alguno de sus compañeros, se reiteró la voluntad de extremar las formas y el compromiso de "no hacer ostentación" de las preferencias de cada uno.

Hasta ahora la imparcialidad de Chaves ha sido cuestionada una vez y fue a cargo del ex vicesecretario general del PSOE Alfonso Guerra. El presidente andaluz consideró una visión excesivamente "catastrofista" la que mostraron el pasado domingo los dirigentes del guerrismo en la presentación de su candidata, Matilde Fernández. La imparcialidad en el proceso no es incompatible con la hipótesis de que los delegados en el congreso pudieran votar a Chaves, en interpretación de dirigentes catalanes.

Díez propone una nueva ley de financiación de los partidos

La reforma de la Constitución para hacer posible la conversión del Senado en una verdadera Cámara territorial, la aprobación de un nuevo sistema de financiación para las comunidades autónomas y los ayuntamientos y la recuperación de la confianza de los ciudadanos en los partidos democráticos mediante una ley que determine su régimen de organización y regule su financiación, son algunas de las propuestas incluidas por Rosa Díez, candidata a la secretaría general del PSOE, en sus enmiendas políticas a la ponencia marco del partido que se discutirá en el próximo congreso federal. Díez continuó ayer en Valencia y Castellón su periplo por diversas provincias para explicar sus propuestas para renovar y fortalecer el partido con un proceso que llamó de "cambio compartido".Invitada por la Tribuna Abierta del PSPV-PSOE, la candidata explicó las enmiendas que defenderá en el próximo congreso federal de julio, que parten del desarrollo del programa electoral del PSOE pero que hacen énfasis en diez aspectos referidos al modelo de Estado, de sociedad y de las instituciones. El decálogo, titulado Diez tareas prioritarias: las ambiciones de una nueva etapa, dedica un apartado al terrorismo y la política en el País Vasco, donde plantea la necesidad de un pacto entre los partidos políticos democráticos "para que ETA pierda la esperanza de imponer su modelo fascista".

"En todas partes estoy oyendo cosas muy parecidas respecto de lo que son las ambiciones de la militancia socialista", dijo Díez, quien mostró su deseo de conformar una ejecutiva "en horizontal, en la que estén los mejores, sin dejar fuera a nadie porque tenga una etiqueta". Según la candidata, los socialistas han de demostrar que son capaces de vertebrarse internamente y tienen que dar a la sociedad la oportunidad que espera de volverles a votar. "El primer paso" para resolver los problemas del PSOE es "reconocerlos", opinó Díez, quien admitió que en el partido "ha habido cainismo".

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Sobre la firma

Anabel Díez
Es informadora política y parlamentaria en EL PAÍS desde hace tres décadas, con un paso previo en Radio El País. Es premio Carandell y Josefina Carabias a la cronista parlamentaria que otorgan el Senado y el Congreso, respectivamente. Es presidenta de Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).

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