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Clos percibe más receptividad del ministro Rajoy hacia el Fòrum 2004

Blanca Cia

La percepción y sensibilidad que el actual Gobierno del PP demuestra respecto de algunos proyectos de Barcelona es muy positiva. Esa es la sensación que tiene el alcalde de Barcelona, Joan Clos, después de mantener ayer una entrevista con el vicepresidente primero del Gobierno, Mariano Rajoy. El clima de optimismo se centra, sobre todo, en el proyecto del Fòrum 2004, no sólo en cuanto a la reforma urbanística de la desembocadura del Besòs, sino también en los contenidos del proyecto. De dinero aún no se ha hablado.

En realidad, el proyecto del Fòrum ha sido el eje central de las conversaciones que el alcalde de Barcelona ha mantenido esta semana: el pasado martes con el ministro de Medio Ambiente, Jaume Matas; ayer, con Mariano Rajoy y hoy con el ministro de Asuntos Exteriores, Josep Piqué. No se puede hablar de acuerdos formales ya que una de las piezas principales del proyecto del Fòrum, el diseño del territorio en el frente litoral del Besòs, depende del acuerdo al que lleguen los técnicos de Costas y los del Ayuntamiento de Barcelona. Pero la entrevista con Matas supuso un paso adelante en ese terreno, según afirman fuentes municipales.Clos resaltó ayer la importancia que supone para el proyecto del Fòrum el hecho de que Mariano Rajoy asistiera a la fundación de su consorcio organizador cuando era titular del Ministerio de Cultura: "Es muy importante abordar las interioridades de un proyecto con un interlocutor que ya lo conoce. Por eso creo que estamos en un buen camino de diálogo", explicó Clos tras el encuentro. Por ahora, la Administración central no ha puesto objeción alguna a los contenidos.

El capítulo financiero es el que está más verde: "Una de las cosas que se tienen que perfilar y concretar es el nivel de riesgo que asume cada una de las administraciones", matizó Clos. La entrevista que el alcalde mantendrá hoy con el titular de Asuntos Exteriores también girará, en parte, en torno al Fòrum ya que Clos le instará a que proponga que Barcelona sea la sede de una conferencia de la ONU en el año 2004.

Desde el Ayuntamiento de Barcelona se persigue que la Administración central apueste de una manera decidida por el proyecto del Fòrum. Incluso se valora que sea algo que interese política y estratégicamente al Partido Popular después de la nueva coyuntura que ha dibujado el resultado de las últimas elecciones generales.

Los otros proyectos de Barcelona, como la llegada del tren de alta velocidad y la estación de la Sagrera, o la ampliación del aeropuerto, no fueron tratados ayer en la entrevista entre Rajoy y Clos. Sí hablaron, en cambio, de la Carta de Barcelona. "El Gobierno está de acuerdo con el texto a falta de decidir cuál será la tramitación para su aprobación en el Congreso", explicó el alcalde. La aprobación se refiere a cuestiones como la justicia local y la autoridad del alcalde en según qué materias, como por ejemplo para la retirada del carnet de conducir o el decomiso de vehículos: "En principio, el Gobierno está de acuerdo con el modelo que supone la Carta, lo que no sabemos es si al final será sólo para Barcelona y Madrid".

Paseo por el metro de Madrid

"Esto es lo que Barcelona necesita". "Esto" es el metro de Madrid, y la persona que lo decía era el alcalde de Barcelona, Joan Clos, que dio un paseo ayer en el suburbano, acompañado del presidente de la Comunidad de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón. Fue un paseo largo, de casi tres cuartos de hora: desde una de las estaciones situadas en un extremo de la red -la de Valdezarza, de la línea 7- hasta el aeropuerto de Barajas. Por el camino, dos transbordos. Uno de ellos en una de las estaciones estrella de la flamante red del metro de Madrid: el intercambiador de la avenida de América, en la que confluyen tres líneas. Clos, al término de la excursión, se refirió varias veces al modelo de esa estación porque es también una terminal de la red de autobuses urbanos. Ese intercambiador fue inaugurado hace unos meses, no sin polémica por la profusión de goteras que tenía. Pero Clos sólo veía ayer las virtudes de la red de metro madrileña, que por cierto se recrea bastante en sí misma. Los televisores instaladas en la línea 8 -la que llega hasta la feria y el aeropuerto de Madrid- muestran un vídeo propaganda del metro: "201 estaciones, 1.300 coches, 228 trenes en horas punta". Son algunos de los datos que desgrana intercalados con imágenes que muestran una superficie colapsada por los coches, con retenciones y problemas circulatorios. Abajo, en el metro, todo es distinto: "Rápido, cómodo, seguro".Otros paneles colocados en el vestíbulo que une el andén del metro con los pasillos del aeropuerto también insisten en las bondades del suburbano: 39 estaciones nuevas entre 1995 y 1999, lo que supone 56 kilómetros. Y más: se ha pasado de 350.000 viajeros al día a 500.000 desde las ampliaciones de los últimos cuatro años. Y aún más: se quiere unir la zona de Nuevos Ministerios con el aeropuerto de Barajas en 12 minutos y que la facturación se realice en el metro.

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Sobre la firma

Blanca Cia
Redactora de la edición de EL PAÍS de Cataluña, en la que ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional en diferentes secciones, entre ellas información judicial, local, cultural y política. Licenciada en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona.

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