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Una fe a prueba de bombas

Francesc Valls

"Dudas en el sentido de perder la fe, sinceramente, no he tenido". En época de grandes incertidumbres, el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, se revela como un hombre de sólidas convicciones religiosas en Signes del temps, de TV-3, que se emitirá mañana (9.30 horas) y el próximo domingo (0.15 horas). Cristiano insatisfecho consigo mismo, hijo confeso de Charles Péguy y de Emmanuel Mounier, el Pujol creyente tiene como gran interlocutor televisivo al obispo Joan Carrera, viejo compañero suyo de resistencia antifranquista, que en los últimos años ha sido la muleta nacionalista en la que se ha apoyado el cardenal arzobispo de Barcelona, Ricard Maria Carles, para tener buena entrada en círculos nacionalistas.¿Y qué confiesa Pujol en ese programa? Pues que "el cristiano, frecuentemente, no queda satisfecho de sí mismo". El presidente asegura que el político sufre grandes dudas: "A veces, tomas decisiones sabiendo que debes acabar confiándote a la misericordia de Dios, ya que haces alguna cosa que no está de acuerdo con la fe". Cuando esto sucede, a Jordi Pujol le cuesta conciliar el sueño: "No me voy a dormir tranquilo", y eso, evidentemente, le habrá sucedido con cierta frecuencia en 20 años de gobierno. A veces, quienes han prolongado ese insomnio ha sido la curia vaticana, por no hablar de los nuncios. Durante las sesiones organizadas por el Pontificio Consejo de la Familia, en octubre de 1988, Pujol fue reprendido por el propio Papa porque su Gobierno había apoyado la ley de parejas de hecho. Pero ni eso ni el hecho de que Juan Pablo II se haya negado reiteradamente a decir "Bon Nadal" en catalán -a pesar de las peticiones del presidente- ha hecho palidecer la llama de la fe en Pujol.

Hace unas semanas contaba en Tarragona la parábola de la araña agnóstica que arrancó el viejo hilo de la fe y toda la tela se le vino abajo. Porque el presidente ve una totalidad y opina que el mensaje cristiano "empapa el corazón, el espíritu, la manera de hacer de mucha gente que no es cristiana, que no es conscientemente cristiana", afirma a TV-3. Este cristianismo anónimo, de inspiración en Karl Rahner, le sirve incluso para salvar a François Mitterrand. "El presidente francés, en un coloquio con un filósofo francés [se refiere a la conversación con Jean Guitton], dijo: 'Soy agnóstico, pero no estoy seguro de mi agnosticismo'. Lo que sí veo es que hay un gran misterio. Una gran cosa que no acabamos de entender. Y allá hay alguna cosa". De eso, está seguro Pujol.

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