LA NACIÓN, "La ilegitimidad democrática"
La obstinada decisión de Alberto Fujimori de continuar como presidente del Perú por un tercer periodo de cinco años está llevando a ese país a una crisis institucional y política de impredecible desenlace. Obedeciendo (...) a una vocación inequívocamente autoritaria, el jefe de Estado peruano se ha dado el lujo de desdeñar la posibilidad de un renunciamiento patriótico y ha convocado (...) a los demonios de un enfrentamiento que quizá termine por anular los limitados pero indiscutibles logros de la gestión que inició en 1990.Ahora es la fatalidad la que acompaña las actitudes de Fujimori. (...) El gobernante que había hecho mangas y capirotes con la Constitución no resultó creíble cuando pretendió asumir una postura de rígido legalismo frente a los comicios. (...) Se ha ido agotando el capital de confianza que tenía a su favor y su antaño proverbial energía ya no genera el mismo caudal de adhesiones. Todo indica que ha llegado la hora de que el presidente empiece a pensar seriamente en dejar su cargo. (...)
Ha llamado la atención la contundencia con que Estados Unidos ha pronunciado el desahucio del presidente peruano, gesto acaso necesario en términos de la nueva moralidad internacional, pero que, sin duda, podría llegar a ser usado por el cuestionado presidente para agitar por algún tiempo consignas nacionalistas.
La opinión democrática de América Latina desea que el Perú encuentre una salida para la encrucijada institucional (...). Y que la legitimidad del sistema democrático sea, por un camino u otro, finalmente preservada.
Buenos Aires, 31 de mayo
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