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Díez propone una segunda vuelta si ningún candidato a liderar el PSOE logra mayoría

Anabel Díez

Tanto el secretario general del PSOE -no el que salga elegido en el próximo congreso- como el candidato socialista a la presidencia del Gobierno deberían ser elegidos por todos los militantes del partido en un proceso de elecciones primarias o universales, con voto individual y secreto. De esta manera, ambos tendrían igual legitimidad al tener sus nombramientos el mismo origen; y si el secretario general perdiese las elecciones internas para la presidencia del Gobierno, no habría necesidad de que el líder del partido dimitiese. Ésta es la propuesta de la candidata Rosa Díez, contenida en su batería de enmiendas estatutarias a la ponencia-marco del congreso convocado para el 21 de julio. Para este cónclave, entre tanto, Díez propone un sistema de doble vuelta para el caso de que ningún candidato a la secretaría general obtuviese en primera votación la mayoría absoluta.

Hasta ahora, sólo Manuel Escudero, líder de Iniciativa para el Cambio, y Rosa Díez proponen el sistema de elecciones primarias para los cargos de secretario general y candidato a la presidencia del Gobierno, así como la instauración de las listas abiertas para la elección de delegados. Los demás protagonistas en liza para el 35º congreso federal del PSOE no se han pronunciado con detalle sobre estos aspectos, aunque sí se han manifestado en contra de las primarias, con alguna excepción personal, los guerristas.José Bono no se ha manifestado al respecto con el argumento de que está poco interesado de momento en hablar de cuestiones organizativas. Por su parte, la Comisión Política, que lidera Manuel Chaves, ha decidido que sea el propio congreso, primero en su Comisión de Estatutos y después en plenario, quien decida el sistema de elección de sus cargos. Pero de entrada, rechaza la posibilidad de que haya dos vueltas para la elección del secretario general, tal y como se puso de manifiesto en la reunión celebrada el pasado lunes en la sede federal. Ningún miembro de la gestora defendió en esa reunión que los congresistas se pronuncien por la doble vuelta, por lo que ni siquiera figurará en sus sugerencias a los delegados.

Será Rosa Díez quien se encargue de intentar que estos postulados triunfen. Primero, en las agrupaciones a través de la discusión de enmiendas, y después en el congreso. Esta candidata defiende unas medidas de inmediata aplicación para el cónclave de julio y otras para el siguiente congreso. En julio se trata de elegir al secretario general sucesor del dimitido Joaquín Almunia, y nadie de los participantes descarta que haya más de dos candidatos. Díez propone una doble vuelta entre los dos más votados. "Resultará elegido secretario general quien obtenga, al menos, la mitad más uno de los votos válidos emitidos por los delegados. En el caso de no alcanzarse por ningún candidato la mayoría absoluta de los votos emitidos, se procederá a una segunda votación, a la que sólo podrán concurrir los dos candidatos que hayan obtenido el mayor número de votos en la primera vuelta", señala su propuesta.

Una hipótesis: 40-30-30

Precisamente en la reunión de la Comisión Política del lunes se habló de la doble vuelta como una hipótesis de trabajo. Ninguno de sus miembros la defendió, por lo que la apartaron del debate y se aprestaron a considerar las condiciones para ser secretario general. Si los delegados hiciesen caso a la gestora, resultaría elegido aquel que obtuviese más votos, sin otra condición. El ejemplo que ponen los interlocutores de la Comisión Política es el siguiente: un candidato podría obtener el 40% de los votos, y otros dos, un 30% respectivamente. Pues bien, por mucho que se uniesen los dos segundos y acordasen que uno de ellos se llevase el respaldo del 60%, no podrían consumar su operación porque el congreso, si aceptase los postulados de la Comisión Política, no lo aceptaría en sus normas.

En el congreso también se decidirá cómo será internamente el PSOE a partir de entonces y de qué manera se elegirán a los cargos de partido e institucionales. Todos hablan de "máxima participación" de los militantes, pero las primarias sólo las plantean expresamente Manuel Escudero, líder de Iniciativa para el Cambio, y, desde ayer, y por escrito, Rosa Díez. Esta candidata pone el dedo en una llaga que se abrió cuando se enfrentaron Almunia, siendo secretario general, y José Borrell por la candidatura a la presidencia del Gobierno.

Almunia se sintió entonces desautorizado y su primer impulso fue dimtir, pero Borrell le convenció para que se quedara. Tras la derrota en las elecciones del 12 de marzo, muchos socialistas consideraron que Almunia debía de haber abandonado la secretaría general cuando perdió las primarias.

Díez argumenta ahora que, con su propuesta -primarias para ambos cargos-, un secretario elegido en primarias no tendría que dimitir en caso de que perdiese la carrera para la presidencia del Gobierno frente a otro compañero. "Si las responsabilidades de secretario general y candidato recayesen en personas distintas, ambas contarían con una misma legitimación, de idéntica fuerza, de idéntico origen y naturaleza".

Candidatos en ruta

Todos los candidatos a la secretaría general del PSOE siguen en ruta, federación por federación, y, al menos de momento, las buenas formas se mantienen. Incluso los gestos amistosos y de simpatía, tal y como demostraron ayer Rosa Díez y la candidata del sector guerrista, Matilde Fernández, al coincidir en la Cadena SER. Ambas resaltaron la manera diferente de las mujeres de hacer política basada "en el diálogo, la mediación y la tolerancia". Fernández precisó que aspira a liderar "la corriente mayoritaria socialdemócrata" del PSOE y reconoció que quizá algunas personas tienen que pasar a un segundo plano para facilitar el diálogo entre sectores. Se refería a una posible alianza entre los guerristas e Iniciativa para el Cambio, el grupo de Manuel Escudero. En concreto, Fernández citó a los ex ministros José Luis Corcuera y Juan Alberto Belloch, cuyas relaciones no son buenas y cuyas sintonías políticas estarían respectivamente con los guerristas y con Iniciativa.

Díez se desplazó anoche a Asturias, en tanto que José Luis Rodríguez Zapatero se reunía en Barcelona con los principales dirigentes del PSC después de haber mantenido una reunión en Madrid con Escudero. Por su parte, el presidente de Castilla-La Mancha, José Bono, pedía en Toledo autodisciplina para "no hablar unos en contra de otros" porque, dijo, "no es propio de un partido político y a veces damos la impresión de que estamos a la fuerza". Bono cree que para ganar, el PSOE ha de recuperar su "prestigio" con sentido común, y no dejar que trasciendan tanto las críticas internas, porque "la única pelea política que merece la pena es para ganar a Aznar y al PP en el 2004".

La última palabra la tendrán los congresistas, cuyo censo, elaborado en función del número de afiliados, remitió ayer la Comisión Política a las agrupaciones provinciales y comarcales. La federación con mayor número de delegados será la de Andalucía (287), seguida de la Comunidad Valenciana (95), Cataluña (74), Castilla-La Mancha (69), Galicia (59) y Madrid (58). El número total de delegados con derecho a voto será de 997.

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Sobre la firma

Anabel Díez
Es informadora política y parlamentaria en EL PAÍS desde hace tres décadas, con un paso previo en Radio El País. Es premio Carandell y Josefina Carabias a la cronista parlamentaria que otorgan el Senado y el Congreso, respectivamente. Es presidenta de Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).

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