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Un foro de entidades acusa al gobierno de Barcelona de privatizar el espacio público

El modelo de urbanismo que aplica el Ayuntamiento de Barcelona "favorece a los grandes promotores y convierte la planificación de la ciudad en un gran negocio privado para los intereses comerciales", y no tiene en cuenta los intereses de los ciudadanos, en general, y de los barrios. Éstas son algunas de las afirmaciones de la Declaración para una Barcelona más nuestra, un manifiesto de presentación del foro constituido por más de 25 entidades vecinales de la ciudad, entre ellas la Federación de Asociaciones de Vecinos de Barcelona (FAVB) y plataformas creadas a raíz de algún conflicto, como el suscitado por el proyecto Barça 2000.El manifiesto es muy crítico con el tipo de ciudad que se está creando. En opinión de los integrantes del foro, la Administración local está potenciando las grandes zonas de viviendas superequipadas con complejos comerciales y de ocio, y conectadas directamente con la red de autovías. En contrapartida, los firmantes del manifiesto sostiene que los barrios están cada vez más aislados en un modelo de ciudad que "privatiza los espacios públicos". El nuevo foro echa en cara a los gestores municipales que se alineen "los intereses especulativos" y se hayan olvidado de los colectivos. Incluso apuestas como el proyecto del frente litoral del Besòs y la reconversión de la vieja área industrial del Poblenou en una nueva zona de industria moderna no se salvan de las críticas de las asociaciones vecinales, que consideran que "no responden a los déficit de equipamientos de los barrios".

El manifiesto no deja el tono de crítica cuando se refiere al proyecto (desactivado) Barça 2000, al del parque de Can Rigalt, al de Diagonal Mar y al del túnel de Horta, entre otros. El nuevo foro se refiere a la "rapidez" de la Administración municipal en escuchar y canalizar las propuestas de los grandes grupos económicos, "que contrasta con la ausencia de información y diálogo con las entidades ciudadanas".

Andrés Naya, vicepresidente de la FAVB, afirma: " nos ha obligado a unirnos para conseguir que el urbanismo sea más participativo".

En su opinión, "el Ayuntamiento se escuda diciendo que todos los planes urbanísticos que se hacen a partir de la iniciativa privada no tienen coste para los ciudadanos". No obstante, Naya considera que el consistorio debe recuperar la iniciativa pública: "Hay que comprar suelo, hacer un patrimonio, y eso significa inversión".

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