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Filipinas rechaza hacer concesiones políticas a los secuestradores

Representantes del Gobierno filipino y del grupo islámico que tiene secuestradas desde hace más de un mes a 21 personas (19 extranjeros y dos filipinos) se sentaron el sábado por primera vez a negociar la liberación de los cautivos. La vicepresidenta filipina, Gloria Macapagal, aseguró a EL PAÍS que no habrá negociación política.

"No va a haber concesiones políticas", manifiesta Macapagal durante una entrevista en su casa de Quezon City. "Lo que se está negociando es cuánto se va a pagar". Roberto Aventajado, jefe de la misión negociadora, explicó a los secuestradores por qué el Gobierno descarta de entrada su principal demanda, la creación de un Estado independiente en Mindanao e islas aledañas con población musulmana: "Es algo que no podemos ni discutir. Si lo hacemos, abrimos la vía a un procesamiento del presidente por permitir el desmembramiento del país". La Constitución filipina garantiza la unidad nacional, y el presidente Joseph Estrada ya ha dicho que la independencia de los islámicos ha de pasar por encima de su cadáver. Lo que Aventajado ha ofrecido es "una amplia autonomía".Secuestradores y delegados gubernamentales se reunieron en una mezquita de la isla de Jolo, en el suroeste del archipiélago filipino, mientras los soldados que debían proteger a la misión oficial se quedaban a una decena de kilómetros por exigencia de los islamistas, que sí contaron con custodia de sus hombres en la mezquita. La banda Abu Sayyaf (Padre de la Espada) recela de un golpe de mano militar, razón por la que suspendió la cita prevista para el viernes. Los soldados hicieron una salida errónea hacia una aldea inexistente y los sorprendidos secuestradores se quedaron en sus escondites en plena jungla, donde se hallan los rehenes.

La banda que encabeza el comandante Robot -un adulto que "se comporta como un niño y tiene una edad mental que no llega a los doce años", según una de las cautivas- ha planteado un amplio abanico de demandas, desde dinero (se habló de dos millones de dólares por la libertad de la turista alemana en más precaria situación física) hasta la independencia, pasando por proyectos de desarrollo y la creación de una comisión que estudie la situación de los musulmanes filipinos que viven en la también musulmana provincia malaisia de Sabah, donde fueron secuestrados el pasado 23 de abril los 21 rehenes (nueve malaisios, tres alemanes, dos finlandeses, dos franceses, dos surafricanos, dos filipinos y una libanesa).

El presidente de Malaisia se niega en redondo a negociar con los secuestradores y asegura que los filipinos de Sabah son tratados exquisitamente. Lo que la parte oficial filipina espera es acordar cuanto antes la suma a abonar por el rescate de los retenidos, que, como en casos anteriores, se presentará como un pago por los "gastos de comida y habitación" incurridos por los secuestrados. El ex embajador libio en Manila Abdul Azzarouq, miembro del equipo gubernamental, confía en presentar pronto el dinero para comprar la libertad de los cautivos.

El Gobierno de Trípoli y los de países con rehenes en poder de Abu Sayyaf han manifestado su disposición a pagar.

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