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Las asociaciones de vecinos pondrán en cada barrio a un especialista en malos tratos

Ensayo de un sistema pionero de protección en Málaga

Las asociaciones de vecinos de Andalucía dispondrán de una persona especializada en la lucha contra la violencia doméstica para atender a las mujeres que la padezcan. Este es uno de los acuerdos de las Mujeres Vecinales de Andalucía, organización que engloba a las que trabajan en el movimiento vecinal, durante el encuentro que han mantenido a lo largo del fin de semana en Jaén. La presidenta de esta asociación, Alicia Montero, resaltó que tienen especial interés en profundizar en la erradicación de los malos tratos.

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El primer paso a realizar será la convocatoria de nuevos cursos para formar a las denominadas mediadoras sociales, que se sumarán a las más de 500 que ya han participado en talleres de formación en el conjunto de la comunidad autónoma. "Tenemos que conseguir crear conciencia social y que los malos tratos se vean como un problema del conjunto de la sociedad y no sólo de las personas que lo padecen", indicó ayer Alicia Montero. "Quiero ser optimista y pensar que aunque ahora se conocen más casos de malos tratos no hay un incremento, sino más denuncias".La intención de las mujeres que forman parte de asociaciones de vecinos es que "en cada barrio" haya, al menos, una mujer o un hombre encargados de atender a todas las personas que sufran malos tratos por parte de sus parejas. "Muchas veces las mujeres que padecen la violencia lo que quieren es alguien con quien hablar, alguien que las orienten sobre qué tienen que hacer", resaltó Montero.

El maltrato ha sido uno de los temas que más expectación ha generado en las casi 60 mujeres que durante dos días se han reunido en Jaén para hablar, además, de educación y empleo. Entre los objetivos que se han fijado está el conocer si existe discriminación laboral en Andalucía.

Alicia Montero explicó que el primer paso que darán será ponerse en contacto con los sindicatos para "darles un toque de atención" y pedirles que colaboren para hacer un informe en el que se detalle si las mujeres sufren discriminación laboral cuando se quedan embarazadas o cuando tienen ya hijos. Junto con la colaboración que van a solicitar a los sindicatos, se va a utilizar la estructura de las asociaciones de vecinos repartidas por cada rincón de Andalucía para obtener información y datos concretos.

Especial atención pretenden prestar a las empleadas de hogar, que en la gran mayoría de los casos trabajan sin contrato. "Los sindicatos están un poco dormidos en este tema y habrá que darles un toque", sentenció la presidenta de la asociación. Lo que pretenden es que se sepa con números sobre la mesa una situación que se intuye: "Que las mujeres trabajadoras no tienen las mismas condiciones que los hombres". La discriminación, aseguró, existe, "pero además queremos palparla".

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Maternidad

Incluso quieren investigar si las parlamentarias andaluzas disfrutan de los derechos que les corresponden por maternidad. Alicia Montero indicó ayer que les han llegado informaciones de que algunas de ellas no cogen las bajas al completo. "No sabemos si por decisión suya o por sus partidos, por eso vamos a investigar, porque ellas son las que tienen que dar ejemplo".

Las asociadas a Mujeres Vecinales de Andalucía intuyen que hay reticencias de los empresarios ante la contratación de trabajadoras, despidos improcedentes cuando se quedan embarazadas y discriminación salarial. Lo intuyen después de palpar la realidad de cada uno de los barrios en los que habitan, "porque si algo tenemos nosotras es que conocemos bien los sitios en los que vivimos y las personas que están a nuestro alrededor". Como en el caso de la violencia doméstica, las mujeres del movimiento vecinal animan a las trabajadoras a denunciar las situaciones de discriminación laboral con las que se encuentren.

Una vez que tengan los resultados de los informes los darán a conocer y se presentarán tanto en la CAVA como en las asociaciones de vecinos del conjunto del país, así como a las fuerzas sindicales y políticas.

En el terreno de la educación plantean la necesidad de dar a los estudiantes una formación no sexista en la que dejen de predominar los valores ligados a lo masculino.

Salvavidas telefónico

Cuenta Lola que hasta hace unos años las mujeres maltratadas le pedían que asustara al marido para que las dejara en paz, pero que la mayoría se iba sin formular denuncia. Cuenta también que las cosas han cambiado: "Han comprendido que no somos el coco, que no estamos para dar sustos, sino para actuar". Dolores Pérez es guardia civil y una de las aliadas del Servicio de la Mujer de la Diputación en la lucha contra los malos tratos. Ambas instituciones han diseñado un sistema pionero en Andalucía para impedir que los agresores se salgan con la suya.Requiere un móvil y una base de datos. En los teléfonos, que se reparten entre las mujeres cuya vida está en peligro, basta con apretar una tecla (el 1, el 2 o el 3) para conectarse con la Policía Local, la Guardia Civil o el número de la Diputación contra los malos tratos. Basta con que la víctima pulse el botón para que automáticamente en un ordenador aparezcan sus datos, los de su agresor, los de sus hijos. Así se reduce el tiempo de respuesta de las fuerzas de seguridad y puede llegar a evitarse la tragedia.

El sistema, que ha tomado como modelo la experiencia del Ayuntamiento de León, sólo se utiliza para los casos de mayor riesgo. Aunque la mujer no pueda hablar, bien porque se bloquee o porque la presencia del agresor se lo impida, la Guardia Civil o la Policía Local saben quién está en apuros. La iniciativa se puso en marcha hace casi un año y ya se han distribuido nueve móviles. Tres palizas, que no se sabe cómo habrían acabado, se han evitado.

El Servicio de la Mujer intenta ahora incorporar un artilugio para que las llamadas queden grabadas y sirvan como prueba ante un tribunal. "Muchas amenazas no pueden ser castigadas porque no hay testigos. Este sistema permitiría demostrarlas", apunta Sagrario Nieto, abogada del servicio. Sobre la marcha, Vicente Pérez, comandante jefe de Investigación de la Comandancia de Málaga, descubre otra aplicación: que si ve al agresor por el pueblo, llame y lo denuncie, porque generalmente tienen una orden de alejamiento que incumplen. El año pasado en la provincia de Málaga se registraron 357 denuncias por malos tratos. Sólo en el primer trimestre, la cifra ya ha sido superada: 370 denuncias. Las mujeres amenazadas suelen tener entre 35 y 45 años, un par de hijos y están separadas. El maltratador no tiene perfil. "Los hay desde los 20 años a los 70 y de todas las capas sociales", se lamenta Sagrario. Suelen darse más casos en el ámbito rural, aunque las grandes ciudades no se quedan atrás. "En los pueblos existe la desventaja del machismo, que propicia más situaciones de este tipo pero, como contrapartida, es más fácil actuar porque todos se conocen", explica el comandante.

Tras la experiencia de León y Málaga, el Ayuntamiento de Salamanca también ha puesto en marcha un sistema similar. De momento, el sistema diseñado por la Diputación malagueña es el único de España que tiene una cobertura de ámbito provincial. La participación en el programa es voluntaria. Sólo se incluye a una mujer si da su consentimiento para que sus datos figuren en un archivo informático. Ana Navarro, diputada de Asuntos Sociales, aclara: "Los móviles de seguridad los reservamos para esos casos en los que se dice 'éste se la carga'. Aceptan, por supervivencia".

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