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España empieza a mirar hacia Asia

El Gobierno se prepara para impulsar a las empresas españolas hacia los mercados comerciales de Extremo Oriente

Fernando Gualdoni

El plan oficial español para aprobar la asignatura pendiente de su penetración comercial en Asia aún no está diseñado, pero empieza a esbozarse una estrategia. La nueva estructura de la Secretaría General de Comercio Exterior ha previsto dos direcciones generales, la de Comercio e Inversión y la de Financiación Internacional, para que, trabajando juntas o por separado, apuntalen la política comercial exterior de España. Ambas direcciones proceden de la división de la antigua Dirección de Política Comercial.Ninguna de las dos nuevas direcciones tiene todavía claras sus funciones ni se ha nombrado a los respectivos directores. Se prevé que esto estará decidido para finales de esta semana. Por ese motivo, nadie en Comercio se atreve a dar pistas acerca de cómo será la táctica para poner un pie en Asia.

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Una oportunidad histórica

Pero el Instituto de Comercio Exterior (Icex) será una pieza clave para estos propósitos. El vicepresidente ejecutivo del organismo, José Manuel Reyero García, considera que, a pesar de que "la exportación española se ha duplicado en los últimos cinco años y que el país está entre los diez primeros del mundo por inversión directa fuera de sus fronteras, los recursos de que dispone el instituto no han aumentado en la misma proporción".

Reyero destaca que sólo adecuando la oferta del Icex a la demanda de la empresa es posible tanto la consolidación de los mercados tradicionales como la intensificación en aquellos que se tiene baja cuota. El directivo subraya que el Icex ya no puede proporcionar el tradicional esquema de apoyo a la empresa, centrado en actividades comerciales.

Una arista difícil

La relación entre España y Asia tiene una arista difícil. La falta de información y en muchos casos la desinformación. Enrique Fanjul, director de Asesores de Comercio Exterior, explica que "el mercado asiático se ha visto en España siempre como complicado y difícil, pero que mucho de ello es mito. Al mismo tiempo, señala que España aún carece de una buena imagen general y su tecnología poca credibilidad en esos mercados". "Es verdad", reconoce Fanjul, "que las informaciones sobre piratería y falta de protección ante la propiedad intelectual y la inseguridad jurídica en general y la burocracia en China, así como la mayoría de los países de la región, echan para atrás a un compañía a la hora de decidir dónde invertirá en el exterior. Pero eso ha cambiado en esos países en los últimos años. Hoy, el Sureste Asiático está cada vez más cerca de los estándares comerciales internacionales".

Los recientes acuerdos comerciales de China con Estados Unidos y la Unión Europea, que permitirán al país asiático entrar a la Organización Mundial de Comercio (OMC), acelerarán los cambios en el mercado chino en favor de la transparencia y la facilidad para hacer negocios. En términos comerciales, la entrada de China a la OMC tendrá un impacto pequeño para España porque en una primera etapa los sectores más beneficiados serán el de las telecomunicaciones y el financiero, en ninguno de los cuales el país está presente. Sólo Terra, tras la compra de Lycos, se ha marcado como prioridad aprovechar los acuerdos comerciales para entrar de lleno en el mercado chino de Internet, el más importante del mundo por su potencial de crecimiento. Para la gran mayoría de empresas españolas, no obstante, el hecho de que China esté sujeta a las normas de la OMC dará al menos más confianza a las empresas españolas. Un cambio importante en la región en los últimos años ha sido el hecho de que antes, para una empresa extranjera casi era forzoso asociarse con una compañía local para sortear las trabas de la burocracia, e incluso de la corrupción, a la hora de instalarse en la zona, mientras que ahora puede hacerlo por su cuenta.

Fanjul, con muchos años de trabajo de campo en China, el mercado más atractivo de entre los del Sureste Asiático por sus 1.200 millones de habitantes y su crecimiento sostenido de en torno al 7% anual, dice que España tiene muchas posibilidades en esos mercados. Las tiene fundamentalmente en el mercado asiático, y chino especialmente, donde empresas del sector agroalimentario como Chupa-Chups y Cola-Cao ya están presentes. Hasta ahora han sido las grandes empresas del sector de la ingeniería y la construcción, como Técnicas Reunidas, Nexo y Babcock-Wilcox, las que, por su propio tamaño y recursos, han podido entrar en esos mercados.

El problema en España no es sólo que es escasa la información de carácter general acerca de Asia, sino que también hay una gran falta de buen asesoramiento. Según los expertos, no basta con saber cómo marcha la economía de aquellos países, sino también todo acerca de su historia, política, modos y costumbres, e incluso religión. En España no hay suficiente formación académica sobre Asia. Fuentes del sector comercial indicaron que hay algunos cursos orientados a este tema y que también se dan conferencias, pero no hay una carrera específica. El Ministerio de Educación fue incapaz de responder con celeridad si hay cursos sobre el tema.

Los últimos de la lista

A España le faltó para Asia el tirón que tuvo para América Latina. Es la última en la lista de grandes inversores internacionales de la Unión Europea. En el mercado chino, el más atractivo por su tasa de crecimiento y su población, Alemania encabeza la exportación comunitaria, seguida de Italia y Francia y muy por encima de España. Las exportaciones españolas incluso han ido decreciendo entre 1996 y 1998, según los últimos datos disponibles en Eurostat, mientras que los otros países al menos las han mantenido a pesar de que entre 1997 y 1998 la región sufrió una grave crisis económica y sus exportaciones cayeron significativamente. Según los expertos, España aún no ha sabido aprovechar la buena relación de los Quince con China, el séptimo mercado mundial de las exportaciones comunitarias y, añadido a esto, se está perjudicando con las importaciones de estos países, puesto que con todos los más importantes de la región, excepto Singapur, la balanza comercial española registra un fuerte déficit.

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Sobre la firma

Fernando Gualdoni
Redactor jefe de Suplementos Especiales, ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS como redactor de Economía, jefe de sección de Internacional y redactor jefe de Negocios. Es abogado por la Universidad de Buenos Aires, analista de Inteligencia por la UC3M/URJ y cursó el Máster de EL PAÍS y el programa de desarrollo directivo de IESE.

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