Una oportunidad histórica

Los analistas financieros señalan que éste es el momento de España para posicionarse en el mercado asiático. Por una parte, la región está en plena fase de recuperación de la crisis financiera de 1998 y comienza a demandar más productos y servicios, tanto los que tenía y disminuyeron como nuevos. A su vez, está previsto que la economía de España siga creciendo, y sus empresas, manteniendo al menos el mismo nivel de acumulación de capital, el suficiente para emprender la aventura asiática.A su lado, el próximo ingreso de China en la Organización Mundial de Comercio (OMC), posiblemente este año, abrirá a las empresas occidentales un inmenso mercado. Los chinos son conscientes de ese reto, ya que desde el momento en que Pekín firme su protocolo de entrada en la organización tendrá entre tres y cinco años para culminar la modernización de su economía y transformar la burocrática industria estatal, al tiempo que tendrá que convertir a su agricultura, ahora subdesarrollada, en un sector capaz de hacer frente a la competencia internacional.

De momento, ya ha comenzado la reestructuración del sector público, cuyas 7.700 grandes y medianas empresas se enfrentan al dilema de obtener beneficios o de quebrar, un riesgo que puede llevar al paro a otros 11 millones de trabajadores.