La carga policial para contener a 50 vándalos en Cibeles deja 230 heridos
La octava victoria europea del Real Madrid acabó con la tradicional batalla de Cibeles. El enfrentamiento entre vándalos -unos 50, según la Delegación del Gobierno en Madrid- y la policía se saldó con 230 heridos, entre los que se contaron hasta 55 agentes. Hace dos años, con un motivo similar, la séptima Copa de Europa, se repitió la carga policial tras la provocación de un grupo de violentos. El parte de bajas registró entonces 174 heridos y mucha polémica por la contundente actuación de los agentes antidisturbios.La inmensa mayoría de heridos en la madrugada de ayer presentó contusiones leves; algunos tuvieron que ser atendidos por pequeñas brechas en la cabeza. Un portavoz del Samur aseguró que casi todos los seguidores lesionados mostraban síntomas de embriaguez.
Medio centenar de furgonetas privadas aparcaron junto a la plaza de Cibeles para improvisar bares pirata desde los que hicieron negocio vendiendo alcohol a los que acudieron a festejar la victoria blanca, incluidos "menores de edad", según informó un portavoz de la Policía Municipal de Madrid. Ninguno de estos vendedores ambulantes fue detenido, ni su mercancía decomisada. La Policía Municipal optó sólo por expulsarles de la zona destinada a la fiesta. Algunas de las bodegas móviles e ilegales fueron escoltadas por coches patrulla hasta la carretera de Extremadura y de La Coruña para asegurarse de que no volvían a las andadas.
El mobiliario urbano también sufrió la violenta celebración de la victoria futbolística del Real Madrid. El Ayuntamiento evaluó en más de 15 millones de pesetas los daños sufridos en 60 marquesinas, siete cuadros horarios, cuatro chirimbolos, 32 papeleras, numerosas zonas ajardinadas del paseo del Prado, dos contenedores y 21 cubos de basura usados como barricadas frente a la policía.
Sólo dos de las 19 personas detenidas por la policía en la refriega de Cibeles fueron puestas a disposición judicial, acusadas ambas de agredir a un policía y causar daños en una parada de autobús. Las 17 restantes fueron denunciadas por los agentes, debido a los supuestos desórdenes públicos y daños que causaron.
El intento de conquista de la fuente de la Cibeles, convertida en los últimos años en el escenario monumental elegido para la celebración de los éxitos madridistas, motivó el primer enfrentamiento entre policías y seguidores. Un grupo minoritario formado por unas 50 personas, de las más de 100.000 que se acercaron a celebrar la victoria, trató de abrirse hueco entre las vallas que impedían el acceso a la fuente. Los agentes lo evitaron a empujones y recibieron los primeros insultos y ataques de los hinchas. Los policías se juntaron, sacaron sus escudos para protegerse y soportaron con paciencia el lanzamiento de objetos. Cuando el ataque creció, los antidisturbios no escatimaron medios para reprimirlo: dispararon pelotas de goma y botes de gases lacrimógenos para alejar de la plaza de Cibeles a los aficionados. Los impactos los sufrieron algunos violentos, pero sobre todo muchos que no participaban en la guerra..PASA A LA PÁGINA 3
Ansuátegui: "La policía actuó para evitar que la situación se radicalizara"
VIENE DE LA PÁGINA 1 La actuación policial de la madrugada de ayer en la batalla campal que se registró en la plaza de Cibeles ha desatado la polémica. Izquierda Unida y algunos seguidores afirman que los agentes antidisturbios cargaron indiscriminadamente contra el gentío, sin distinguir a los vándalos de los seguidores que celebraban pacíficamente la victoria europea del Real Madrid.
El delegado del Gobierno de Madrid, Francisco Javier Ansuátegui, que tomó posesión del cargo hace dos semanas, salió ayer en defensa de la actuación de los antidisturbios y afirmó que "la policía actuó para evitar que la situación se radicalizara".
Ansuátegui declaró ayer que la celebración de los seguidores del Real Madrid fue "una gran fiesta al 99%" y destacó que los incidentes surgieron por la continua provocación de un grupo minoritario de vándalos. "Hubo un grupo que ha estado provocando [a la policía] en la calle de Alcalá arrojando objetos durante una hora y media. Pero, al final, los agentes tuvieron que actuar ante el peligro de que la situación se radicalizara", aclaró.
"A la una y media de la madrugada", añadió el delegado del Gobierno, "los incidentes quedaron superados y únicamente continuaban [la agresión] pequeños grupos sometidos al furor deportivo, incluso etílico". Ansuátegui dio la enhorabuena a los madridistas por la fiesta. "Creo que se debe felicitar al pueblo de Madrid por haber sabido festejar muy bien el triunfo deportivo", agregó.
La actuación ha desatado una polémica similar a la que surgió hace dos años por la contundente intervención policial cuando los seguidores madridistas se congregaron de madrugada en la plaza de Cibeles para celebrar la consecución de la séptima Copa de Europa. Hasta el ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, del PP, tuvo que comparecer en el Congreso para dar explicaciones.
El grupo parlamentario de IU en la Asamblea disiente de la opinión de Ansuátegui y califica la actuación policial de "desmesurada". Según el diputado Franco González, el nuevo delegado del Gobierno en Madrid, que hasta hace escasas fechas ocupaba este mismo puesto en Navarra, creyó que "estaba frente a las bandas juveniles de Herri Batasuna cuando ordenó actuar a la policía".
González pidió que se actuase contra "las minorías" que provocaron los incidentes, "pero otra cosa es actuar con esa contundencia, que no tenía ningún tipo de justificación". "El delegado del Gobierno, simplemente, se pasó, se le fue la mano", afirma.
Ansuátegui replica que la actuación policial fue "selectiva y limpia, dirigida a actuar contra un grupo de unos 50 vándalos que fueron los que originaron los incidentes".
Sufragar los daños
Por su parte, el portavoz de juventud del grupo PSOE-Progresistas, Óscar Iglesias, propuso que los autores de los desórdenes realicen trabajos de cooperación social y sufraguen los gastos de la reparación del mobiliario urbano que destrozaron (cuyos daños están valorados en 15 millones). Iglesias reclamó también otras medidas contra quienes encabezan estos actos, tales como limitar, mediante control domiciliario, su acceso a los estadios.
El diputado regional socialista indicó que ha pedido información al nuevo delegado del Gobierno sobre "las medidas policiales adoptadas contra el grupo de violentos que demostraron su escaso civismo". Pidió, por último, que Ansuátegui explique las acciones de control que se adoptaron "para desmantelar los 50 puestos ilegales de venta de alcohol que se improvisaron" en los alrededores de la plaza de Cibeles.
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