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Pequeños municipios de Jaén promueven cultivos alternativos al olivar

Frambuesas, alcachofas, pimientos y, sobre todo, espárragos, son los cultivos que poco a poco están ocupando suelo agrícola en la provincia de Jaén intentando hacer una ligera sombra al gigante del olivar. Pequeños municipios han iniciado proyectos de diversificación que buscan una alternativa al aceite de oliva y que en casos como Bedmar o Campillo del Río han empezado a dar resultados generando industrias y empleo. Los datos todavía son demoledores: 532.304 hectáreas de suelo de Jaén están decidadas al olivar y 92.000 se reparten el resto de cultivos.

Sin embargo, organizaciones agrarias, ayuntamientos y Junta de Andalucía están convencidos de que las nuevas experiencias agrícolas continuarán en expansión. "El olivar es un cultivo predominante y tiene un fuerte impulso porque está marcado por expectativas de futuro y de incremento de renta, pero no se puede dejar a una carta la productividad agraria de una provincia". Es la opinión del delegado de Agricultura de la Junta en Jaén, Rafael de la Cruz, quien mantiene que los productos hortícolas pueden generar más renta y empleo que el olivar.La producción agraria de Jaén supuso el año pasado 112.095 millones de pesetas, de los que 77.513 corresponden al olivar. El resto, el 31%, son ingresos por cosechas alternativas. Las 6.224 hectáreas de hortalizas sembradas en la provincia generaron el año pasado una producción de 75.622 toneladas, lo que implicó 5.787 millones de pesetas de renta para los agricultores. En este capítulo se engloba la reciente introducción del espárrago, que ya va por las 1.224 hectáreas cultivos y los 1.532 millones de pesetas en producción.

Los pioneros en la introducción de los espárragos fueron los jornaleros de Bedmar alentados desde el Ayuntamiento. Ellos conocían perfectamente cómo se cuida y se recoge por sus largas estancias en Navarra. Casi al mismo tiempo se inició la experiencia con el bróculi, las cebollas y los ajos. Todas suman más de 1.000 hectáreas y generan más de 1.000 millones de pesetas anuales.

La tercera experiencia en la tierra de Jaén la ha protagonizado la alcachofa. Los jornaleros de la expropiada finca de El Chantre, junto a agricultores de Bedmar son los que han comenzado con medio centenar de hectáreas, de las que el año pasado salieron más de 8.000 kilos de esta hortaliza.

Las nuevas plantaciones están implicando nuevas industrias transformadoras, como Horticamp, Ancove o Mágina Hortofrutícola. Todas han surgido "al calor" de la emigración en palabras de Rafael de la Cruz. Se empieza a aplicar lo aprendido en otras tierras después de comprobar que las frutas y hortalizas están generando ya más renta que el olivar. El inconveniente es que necesitan más trabajo directo que el olivo y más capital circulante. "Se corre más riesgo en la explotación, pero para tener más renta es necesario arriesgar más", resalta el delegado.

El olivar es un cultivo "cómodo" que requiere de poca presencia continuada de trabajo y los propietarios pueden gestionar las tierras contratando el servicio de agricultores con gran facilidad. En Jaén tienen olivos "desde un parado hasta un empresario". Sólo hay 2.500 olivareros que tenga el campo como actividad principal.

La situación es completamente distinta con la alcachofa, por ejemplo. Y ese es el reto que se han marcado pequeños y medianos empresarios alentados también por las asociaciones de desarrollo rural. Los agricultores que han optado por esta vía no lo hacen, en opinión de De la Cruz, por los incentivos de la UE. "Todos los productos mediterráneos han sido discriminados respecto a los continentales. Las frutas, hortalizas, el olivar o el algodón no han salido beneficiados con las reformas de las OCM.

Los productos alternativos no compiten directamente con el olivar ni en empleo, porque tienen periodos de recolección diferentes. Sólo colisionan cuando se habla de agua por el déficit hídrico de la cuenca del Guadalquivir.

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