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Van Gaal se va por solidaridad con Núñez

El entrenador del Barça culpabiliza a la prensa, el entorno y a los jugadores de su salida del club azulgrana

Àngels Piñol

"Amigas y amigos de la prensa: ¡Felicidades! Me voy del Barça". La frase encierra todo su mundo. Diez palabras para la despedida tras perder la Liga. Louis Van Gaal anunció ayer que dejará de ser en julio el entrenador del Barça. Convencido de que ha sido víctima de una cruzada o una conspiración y que nadie le ha reconocido mérito alguno, Van Gaal puso en el objetivo a todo y a todos: a la cultura, a la prensa, el entorno, a los jugadores y a los poderes económicos que quieren comer del "pastel" del club. El técnico, que se va justo cuando ha cerrado una temporada en blanco, dijo que se iba con la cabeza "bien alta" y justificó su marcha por solidaridad a la del presidente Núñez a quien definió como "ese pequeño gran hombre y tan buena persona".No tenía tampoco otra salida: Van Gaal ligó más su apuesta a Núñez que a la del Barça y por ahí murió. "Me he sentido su escudo durante estos tres años", resumió ayer aclarando que no dudaría en seguir si continuara la directiva. El técnico cerró su etapa, ante más de cien periodistas, con un larguísimo discurso que tenía que ser en principio de cinco minutos y acabó siendo de 22. Y, entre tanta hojarasca, subrayó, no sin desprecio, tres cosas: que él ganó más títulos en el seis años con el Ajax -no tiene las cuentas claras-que el Barça en 100; que el entorno, comprendiendo a los periodistas, los poderes económicos y las instituciones, le han hecho la vida imposible y que en España, no se puede trabajar. "Yo no me voy. Me quedo en Sitges. Este país es fantástico. La gente es amable, la comida, el vino, el sol...Aquí se puede vivir pero no trabajar. Me quedo", amenazó en tono desafiante, quizás creyendo que puede emular la figura de Cruyff, "para ver que hacen los jugadores el próximo año. Quiero tener un año sabático".

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Su discurso fue al principio tan corrosivo como el de Núñez cuando justificó su marcha aunque el holandés bajó el tono a medida que respondió preguntas. Por primera vez en tres años, Van Gaal pareció humano y reconoció que había cometido errores como, por ejemplo, su incapacidad para transmitir a sus jugadores y al entorno su filosofía. "En eso sí que estoy decepcionado conmigo mismo. Pero quizás nadie puede. No he podido convencerles. Pero, aún así, hemos estado cerca, muy cerca de ganar títulos. Hemos llegado a dos semifinales y hemos sido segundos en la Liga. Tres años por delante del Madrid. Deportivamente, no está mal", argumentó. Y otro fallo más: sin citarlo, dijo que había sido demasiado condescendiente con Rivaldo. "He dado a alguien demasiadas oportunidades. No quiero perjudicar a nadie pero yo creía que iba a marcar la diferencia. Si esa persona no lo hace, el equilibrio del vestuario está destrozado. Ese ha sido mi gran error de esta temporada. Esta cultura necesita a las estrellas. Ahora tenía a dos jugadores entre los diez mejores del mundo. En el Ajax del 95, cuandono perdí ningún partido, no tenía a nadie en esa lista. Aquí, si ganábamos las portadas eran para los jugadores y al revés contra mí".

Y luego, abundó en la cultura de este país, el mal, según él, entre todos los males. La culpable de no poder aplicar la esencia de su infalible filosofía, basada en el triángulo entre presidente, técnicos y jugadores. Ni una palabra para la afición y los sentimientos. Van Gaal reveló que se cercioró de la dificultad de aplicar su proyecto en su primer año pese a saldarlo con tres títulos (doblete y Supercopa de Europa). Y que por eso hizo una primera limpieza en el vestuario con los jugadores que no asumían su filosofía (seis bajas) y en el segundo, tras ganar la segunda Liga (diez más). "Yo prolongué dos años mi contrato en julio pero ya avisé a Núñez que no sería fácil", señaló. Ya pensaba hacer una tercera limpieza en el vestuario, el mismo que él construyó tras invertir más de 20.000 millones de pesetas. "Sabía que el entorno no me dejaría. Hay jugadores que reaccionan cuando llevan una semana como suplentes y otros necesitan un mes", dijo aludiendo a la supuesta mejor profesionalidad de sus compatriotas respecto a los de la casa.

Van Gaal, que aseguró que no verá ni una peseta de los dos años que le restan de contrato porque es "muy honesto", traspasará esta semana los poderes a Llorenç Serra Ferrer, jefe del fútbol-base y que asumirá de momento la dirección del equipo. El holandés reconoció su arrogancia -"Me siento orgulloso de ser conocido por la frase: 'Tú siempre negativo y nunca positivo'- y disculpó a su compañera Truus, cuyo desmesurado protagonismo le llevó a mofarse de la eliminación europea a manos del Valencia -"¿De qué os quejais si hoy hemos ganado?"- y a decir anteayer que su marido era demasiado bueno para el Barça. "Ha querido proteger a su hombre", dijo Van Gaal.

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