Pimentel cree que la política migratoria anticipa las "ideologías del futuro"
La mundialización de los intercambios económicos es un "fenómeno sobrevenido", una suerte de "imperativo tecnológico" al que no cabe enfrentarse. Ese fue el punto de partida del análisis que realizó ayer en Sevilla el ex ministro de Trabajo, Manuel Pimentel, sobre la cuestión más debatida en los últimos años en todo tipo de foros. "Hay que tomar decisiones desde la acción política para orientar la globalización", advirtió Pimentel quien subrayó que los posicionamientos de los partidos ante fenómenos internacionales como los movimientos migratorios anticipan "las ideologías del futuro".
La conferencia del ex ministro de Trabajo en el anterior Ejecutivo del PP cerró unas jornadas organizadas por la Fundación El Monte que se celebraban desde el lunes. Pimentel dedicó gran parte de su intervención a los efectos de la globalización. "Debemos tomar decisiones políticas", indicó el dirigente popular quien reclamó la necesidad de crear instituciones globales que impulsen nuevos mecanismos de solidaridad internacionales. "En la Unión Europea, se redistribuye la riqueza, en España, las regiones más ricas transfieren renta a las más pobres", recordó a modo de ejemplo. Pimentel, quien defendió la reforma de la ley de Extranjería frente al criterio de su propio partido al final de la pasada legislatura, destacó algunas de las paradojas de la globalización. "Hay libertad de movimiento de mercancías, de servicios, de información, pero no existe la misma libertad para las personas", dijo el ex ministro, quien subrayó los "enormes problemas" que genera que "alguien ande tres kilómetros y cruce una frontera".
Las políticas que diseñen los Gobiernos ante los flujos migratorios suponen un anticipo de los posicionamientos del futuro, según Pimentel. "Izquierda y derecha están de acuerdo en querer mercado y en preservar unos derechos sociales", aseguró el ex ministro quien indicó que las decisiones sobre los fenómenos que trae la globalización establecerán a partir de ahora las diferencias ideológicas.
El ex ministro de Trabajo defendió la necesidad de crear una regulación internacional mínima sobre los derechos de los trabajadores. "Salarios bajos y poca protección laboral no es un elemento de competitividad decisivo", aseguró Pimentel quien recordó que, en los últimos años, el flujo de inversiones de los países desarrollados a las economías del Tercer Mundo "ha sido negativo".
En las jornadas también participó ayer Miguel Rodríguez Piñero, consejero permanente del Estado, quien advirtió de que el proceso de globalización puede dar al traste con las conquistas sociales logradas en el mundo occidental en el último siglo.
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