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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

'Gran Hermano'

Si Orwell levantara la cabeza supongo que a estas alturas andaría rasgándose las vestiduras. Yo creo que me conformaré con seguir haciendo lo de siempre: ver menos televisión y abrir más libros. Gente encerrada, por desgracia, la tenemos a manos llenas. Los eufemísticamente llamados "establecimientos penitenciarios" están a rebosar. Sinceramente, lo que estas personas hagan dentro de esa especie de jaula abierta a las miradas de quien no sabe hacer algo mejor con su propio tiempo que dedicarlo a la faena propia de voyeur, me da exactamente lo mismo.Lo dicho, cada vez me gustan más los libros y menos las veladas televisivas. Un suspenso para Telecinco, que parece amenazar con volver a sus tristes orígenes, pese a la notable mejora que demostraba últimamente.- . .

Aunque no sorprendente, resulta decepcionante la postura que los medios están adoptando ante la emisión de Gran Hermano. No alcanzo a entender cómo los mismos que dedican diez páginas a la información deportiva y una a los toros se escandalizan por las audiencias millonarias del polémico programa. Para muchos, Gran Hermano es comparable a Tómbola y sus similares. La gran diferencia está en el orden de los factores. En el caso de los programas del corazón, se crea un producto porque se sabe con toda seguridad que triunfará: la audiencia provoca la creación del espacio.

Sin embargo, Gran Hermano opta por un tipo de televisión diferente y arriesgado: el espacio se crea para conseguir audiencia. La diferencia es sustancial. Y, en mi opinión, la creación de programas de televisión, así como del resto de productos culturales, debería responder al segundo esquema.

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Por tanto, aplaudo la apuesta de Telecinco, y espero que de ahora en adelante aparezcan más modelos que rompan con lo que todos esperamos ver a priori, sin que nadie nos sobresalte.

Y quien no quiera ver, que no mire.- Guillermo de Lamo Pérez. Madrid.

La historia es cíclica y ahora toca decadencia, la sátira de posmodernismo ha demostrado toda jerarquía vertical, pero ha dejado las piezas desordenadas en el suelo. Por una parte existe una notable preocupación por los psicópatas, pero sin darnos cuenta estamos asimilando la sociopatía a través de la anestesia de nuestra conciencia colectiva.

¿Somos realmente libres para distinguir ahora lo que está bien de lo que está mal? Fueron muchos los que dieron su vida por los derechos humanos para que el ser humano gozara de la dignidad que le corresponde y ahora que disponemos incluso de una ley de Protección de la Intimidad, volvemos a la selva.

¿Es que no somos capaces de sentir repugnancia de ser partícipes de este denigrante zoo? De Gran Hermano a Show de Truman sólo hay un paso, cualquiera de los pasivos espectadores puede ser el próximo Truman.

¿No valdría la pena reaccionar?- Francisco Viñals Carrera. Barcelona.

Contra lo que sus propios productores pretenden y anuncian, el verdadero valor de Gran Hermano no reside tanto en la condición real de sus protagonistas, esto es, en ser ejemplares arrancados a la realidad más espontánea, cuanto en su condición arquetípica: no son personas, sino modelos, la destilación de una imagen publicitaria de la realidad y su condensación en figuras que en todo momento actúan como una mera representación de lo que, industria cultural mediante, tenemos que ser. Basta pensar en las similitudes que tanto el escenario como las conductas de los protagonistas, así como la realización televisiva misma, guardan con las series nacionales más en boga. Lo más peligroso del programa es así su oculta condición ideológica, su enorme influencia y capacidad configuradora de una realidad de la que se dice espejo. En él no se retransmite la vida, sino que se representa su simulación. La pretensión de verdad que anida en el así llamado experimento televisivo no es, por tanto, sino la mayor mentira de las muchas que encubre.- Manuel Arias Maldonado. Málaga.

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