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La policía localiza al 'narco' Oubiña en Centroeuropa pero no logra detenerlo

Laureano Oubiña, sobre quien pesa una orden de busca y captura dictada por la Audiencia Nacional, ha sido localizado por la Policía en Centroeuropa, pero los agentes no lograron detenerlo, según informaron fuentes oficiales. Oubiña fue visto en Alemania y Suiza, si bien actualmente está en paradero desconocido. Su presencia en esos países de Centroeuropa, según las mismas fuentes, se atribuye a la buena relación que supuestamente mantiene con las organizaciones que distribuyen hachís en los Países Bajos y sus contactos con otras organizaciones.Laureano Oubiña se encuentra en busca y captura desde el mes de octubre de 1999, a raíz de la Operación Ocaso, en la que fueron detenidas 15 personas, entre ellas su esposa, Esther Lago, y un hijo de esta, David Pérez. Ambos ya están en libertad tras pagar sendas fianzas de 25 millones de pesetas.

El día que se desarrolló la Operación Ocaso, Oubiña, que tenía otra causa pendiente, se personó en la comisaría de Vilagarcía para atender una orden judicial de hacerlo los días 1 y 15 de cada mes, pero el Servicio de Vigilancia Aduanera no notificó a los agentes el desarrollo de la operación y Oubiña abandonó sin problemas las dependencias policiales.

La Audiencia Nacional sólo pudo condenar a Oubiña, protagonista en miles de folios de sumarios judiciales, por narcotráfico en octubre de 1999. Pero desde tres días antes, el narcotraficante ya era prófugo.

Antes casi siempre había logrado escapar al permanente cerco policial al que ha estado sometido en los últimos 20 años. Durante esas dos décadas, ha ingresado y salido de prisión muchas veces, se ha enfrentado a infinidad de fiscales en la Audiencia Nacional y ha visto como las empresas que iba montando eran registradas y desmanteladas una y otra vez. Tras varios procesamientos y breves estancias en la cárcel, Oubiña comenzó en los últimos años de la década de los 90 a tratar de pasar por un ciudadano ejemplar. Aparentaba dedicarse a la venta de vino albariño y orujo. Durante esa temporada se dedicó a presentar querellas contra todo aquel que le acusaba de ser narcotraficante. En los numerosos procesos judiciales nunca se logró implicarle en las mafias del narcotráfico y menos que fuera el capo de una de las pricipales redes del tráfico de hachís. El 4 de octubre de 1999, la Audienca Nacional le condenó por primera vez por narcotráfico a cuatro años y cuatro meses de prisión.

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