La afición pide que se vaya Gil

El balance final no pudo ser más negro: 26 personas, nueve de ellas policías, sufrieron heridas leves durante los incidentes que se produjeron al final del partido cuando la Policía Nacional desalojó el fondo sur. Los incidentes comenzaron con la entrada en la grada del Frente Atlético, en el minuto 40, retraso con el que mostraron su repulsa al equipo. Miles de huevos cayeron entonces sobre el área de penalti de Toni, sobre su espalda, su cabeza y sus hombros. Un par de bancos arrancados se estrellaron en el campo en una mezcla de cáscaras y hierba viscosa. Aprovechando la coyuntura y mientras Toni se despegaba con un gesto tenso el resto de un impacto en su pantalón, Tsartas metió el gol del Sevilla.Este grupo de cerca de 3.000 seguidores del Frente Atlético llegó con 15 pancartas acusatorias, con 15 nombres y, de paso, provocando el gol contra su propio equipo en una noche de ira. Porque la despedida de Primera que le brindo la afición a su equipo fue un himno de confusión y de insultos hacia sus jugadores. Responsables del descenso resultaron para ellos Njegus, Valerón, Capdevilla, Bejbl, José Mari, Lardín, Solari, Roberto, Jimmy, Gamarra, Correa, Ayala, Chamot, Ruiz y Rubí. Todos impresos en pancartas y con un rotundo hilo musical de fondo: "¡Puta madre, mercenarios!".

Tres horas antes, una procesión de taxis pasó por la puerta cero del Calderón. Para evitar que sus coches resultaran dañados, o para ir de incógnito, los futbolistas prefirieron acercarse así al campo. En el vestuario, el propietario del club, Jesús Gil, habló con ellos. Les consultó sobre su futuro. "Jimmy", le dijo a Hasselbaink, "yo sé que la temporada que viene tú no seguirás aquí pero quiero que sepas que te considero un gran tipo, y espero que algún día vuelvas". Hugo Leal y Baraja quisieron quedarse en el club, según Gil, mientras que Solari, "por sus diferencias con el entrenador", se marchará.

En este clima lúgubre, resultó una ironía que el equipo invitado fuera el Sevilla, descendido hace dos semanas. Pareció el conjunto ideal para que la afición del Atlético se despidiera de su equipo de la manera más deprimente posible. Arreciaron los insultos, los pitidos, los improperios contra Valerón desde las cuatro bandas, para Santi... Hubo para todos, también para Jesús Gil: "¡Fuera del Calderón!", le lanzó la grada. Y al final del partido cargaron contra el técnico: "Fuera Antic", corearon los aficionados.